▪︎ LILLIE ▪︎
Llegamos a la parte del estacionamiento, pasamos la cabina sin ningún problema y ahora nos encontrábamos preparándonos para bajar del vehículo.
—Maldición, no sé cuánto tiempo tendré que aguantar este estúpido conjunto —protestó Leo antes de bajar, se estaba viendo por última vez en el espejo del retrovisor —Porque tuve que dejar que me cortaran el pelo —gruño molesto.
Leo estaba vistiendo un traje con saco y camisa, algo muy distinto su personalidad como había notado, pero lo más chistoso eran los colores y el diseño. No era un conjunto serio y formal, si no todo lo contrario. Los colores eran muy llamativos que hacían casi juego con nuestros cortos vestidos de Mika y mío, algo así como vestía el Joker.
Pero lo más gracioso era su camisa en tono rosa chillón con estampados despampanantes, que hacía juego con su traje púrpura brillante. Su cabello castaño oscuro estaba peinado hacía atrás y se había afeitado completamente, sin dejar ningún rastro de vello, que extraño se miraba.
Tomo dos maletines para después bajar del vehículo.
—Bajen, ya es hora —nos aviso antes de cerrar la puerta.
Yo comencé a temblar y mis manos comenzaron a sudar por el nerviosismo, no era el momento para echarme para atrás pero mi actuación se estaba haciendo real cuando bajé y vi el edificio luminoso a pocos metros, el miedo se estaba apoderando de mí y más cuando presentí toda la vigilancia con la que resguardaban el lugar.
Después de dejar el abrigo con el que me cubría la mayor parte de mi cuerpo, bajé y acomode mi vestido y cerciorándome de que la peluca no se desacomodo.
—Alan, les colocará eso —señaló Leo las cadenas y esposas que me había preguntado hace unos segundos atrás para que eran esos objetos —Una vez estén listas avanzaremos con la tarea.
El chico trajeado comenzó por Mika, le puso primero las esposas con los brazos colocando los por detrás, y siguió con otras pulseras de metal en sus tobillos, eso dejaba las cadenas colgando y entrelazadas de arriba hacía bajo. Cuando terminó con ella, volvió hacer el mismo procedimiento conmigo. Yo seguía nerviosa, pero intentaba mostrarme segura.
Después de que nos pusieran el equipo de esclavismo, esperamos a la señal, mientras Leo hablaba con Enzo por el pequeño micrófono que le habían colocado. Al concluir se giró para vernos y hablar nuevamente.
—¿Listas? —solo nos limitamos asentir —Bien, recuerden que no deben de hablar, así que no vayan a cruzar palabra alguna con ninguna persona que esté dentro de ese lugar, a excepción de mí o él —señaló al chico —¿Entendido?
Regresamos el mismo gesto para aceptar que entendimos lo que decía.
Sin decir nada más se volvió y se encaminó hacía la gran entrada. El otro chico iba detrás de nosotras siguiendo nuestros pasos, era como el vigilante, encargado de cuidar de que supuestamente no huyéramos. Aunque en realidad yo si lo quería hacer.
Llegamos a la entrada, una puerta enorme y negra, bien reforzada. Pero eso no fue lo que me intimidó, si no los hombres gigantescos, robustos y con cara de malotes. Probablemente esto no sea nada comparado con el interior de este lugar.
—Sto cercando Romeo —anuncia Leo a los malotes en italiano.
No sé que quiso decir, pero ni Mika y yo tenemos permitido mirarlos a los ojos, solo en instantes cuando se distraen echamos una mirada rápida para ver si logramos captar algo importante y así lo haremos dentro del casino, solo debemos ser precavidas.
—¿Chi sta cercando? —dice uno de los hombres robustos.
—Digli che Luigi Bianchi lo sta cercando —le responde Leo.copy right hot novel pub