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Cada Noche Mia [#2 Trilogía Infierno]

Capítulo 45|El gran día – Parte 2

▪︎ LILLIE ▪︎

El cuerpo de Dante me protegía. Saco su arma que tenía por dentro del saco. Yo creí que no cargaba una el día de nuestra boda, hasta armados entraron a la iglesia. Ignoro mis pensamientos cuando la grande mano de Dante se envuelve en mi muñeca para tirar de mí y llevarme algún otro sitio lejos de ahí.

Los disparos no cesan y seguimos corriendo en dirección contraria, quería sacarme de este lugar. Pasamos por unos arbustos, pero yo me detuve cuando me acordé de mi familia. Por un momento olvidé que aquí estaban.

—Dante.. mi familia —hable entrecortado a causa del ajetreo.

—Ya deben de estar a salvo. Preocúpate por ti y por nuestros hijos —responde, sin dejar de vigilar a nuestro al rededor —Vamos, que nos encontrarán.

Parecía como si supiera quiénes eran los que entraron a interrumpir nuestra feliz velada.

No me opuse y deje que siguiera llevándome a un lugar seguro. Solo esperaba a que todos estuvieran ya a salvo y bien resguardados.

Al llegar al final del camino visualizo la cera del camino donde entran los autos pero Dante se detiene en seco cuando unos tipos nos acorralan. El miedo se apodera de mí cuando los veo a todos apuntarnos con sus armas.

—Solo danos por lo que venimos y prometemos que nadie saldrá herido —habla uno de los tipos encapuchados, sus voz se oyó distorsionada.

—Primero muerto antes de que la alejen de mí —su tono era furioso y fuera de control. ¿Se referían a mí? —Correo y llévate esto contigo—me dice y me entrega un cuchillo que saca de una funda de su costado.

Los distrae para que me aparte y pueda correr. Alza sus manos para apuntarle a los tipos con sus dos armas.

Y sin pensarlo mucho echo a correr devuelta por donde salimos , pero tomo otro atajo, era como un laberinto, así que no sabías cuál salida ibas a obtener al final. Me detengo jadeando y mi corazón se detiene por un segundo cuando escucho unos disparos cercanos. Venían en dirección de donde me alejé y dejé a Dante.

Solo me quedaba esperar y orar para que no le pasara nada. Debía seguir corriendo, es lo que él quería y debía obedecerle. Seguí el camino estrecho hasta que escuché unos gritos de ayuda y llanto. Eran las voces Alex y Sandy, están en peligro. Alarmada y preocupada por ellas no esperé y sin pensar me guie a sus llantos.

Al llegar me escondo detrás de un arbusto y visualizo a mi hermana luchando con un tipo grande y musculoso, esta intentando arrebatarle mi sobrina. ¿Por qué se quieren llevar a Sandy? Confundida veo la escena, Sandy llorando y gritando mientras Alexa lucha aferrada al cuerpo de su pequeña.

Tomo el mango del cuchillo que Dante me había entregado y salgo directo a la espalda del tipo enorme. No sé de dónde me sale valor para poder lazarme y encajarle el arma por detrás.

Pero mi acción hace que suelte los brazos de mi sobrina, si me hubiera tardado podría haberle arrancado sus bracitos. Con rapidez ayudó a Alexa a ponerse de pie, habían caído al suelo cuando el hombre soltó a Sandy.

—Hay que irnos —le digo a mi hermana que aún no entendía que había sucedido.

Y es que no me vieron llegar. A ambas las tomo del brazo y las llevo conmigo para corres lejos del peligro. No se si podíamos llegar a estar seguras pero debíamos luchar, mi hermana lo hizo hace un momento por su hija y yo debía hacer lo mismo por los míos que aún se encontraban en mi vientre.

Lejos del estallido y todos esos ruidos de terror. Salimos por un camino desértico, en parte estaba bien pero en estos momentos solo deseaba encontrarme con algún guardia o amigo de Dante o de Lionel.

El ruido de un auto nos hace temblar de pies a cabeza y cuando vemos que se acerca hacemos por correr pero el conductor acelera y nos cierra el paso.

—¡Hey suban! —bajan el vidrio, y veo el rostro de Marcus.

El alivio llega a mí, pero aún estaba angustiada porque todavía no salíamos de este lugar. Con lo más rápido que pudimos subimos en el asiento trasero. Sandy iba temblando, mi pobre sobrina tenía que vivir esta vida llena de miedo y horror. Las tres nos abrazamos.

—¿En dónde está mamá? —le pregunto a Marcus quien ya iba manejando y alejándose el lugar.

—Su padre la tiene segura. Él me pidió que viniera por ustedes. Esta muy preocupado.

Comencé a tranquilizarme cuando me dejó claro que mamá estaba a salvo.

Todavía no sabía a dónde nos llevarían, creo que la mansión Mancini en estos momentos no era buen refugio.

Cuando llegamos al lugar Marcus nos baja apresurándonos diciendo que el jet nos espera. Pero yo sigo preocupada, no podía irme sin saber de mi marido y mi amiga.

—No puedo irme todavía. Necesito saber como está Dante y en dónde está Mika.copy right hot novel pub

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