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(COMPLETA) Descubriendo El Placer

Capítulo 98

El día avanza rápidamente entre las visitas de mis amigos y las pequeñas siestas que tengo, la doctora ha estado como un halcón vigilando que todo vaya bien conmigo y creo que mis padres se lo agradecen tanto como yo. En el trascurso del día he podido recibir la visita de todos mis amigos, cabe decir que las que más duraron fueron la de Cloe y la de Miguel, ambos querían quedarse el mayor tiempo posible conmigo y eso es algo que también he agradecido mucho.

Justo ahora Cloe se encuentra conmigo de nuevo, está ocupándose de peinar delicadamente mi cabello mientras que una linda enfermera revisa algo en las máquinas; cuando termina nos avisa que la doctora vendrá en unos minutos para cambiar mi vendaje, por lo que mi amiga debe abandonar la habitación, puedo ver que está bastante reticente a hacerlo, pero yo la miro fijamente dándole un suave asentimiento; al final suspira dramáticamente, deja un beso en mi frente y sale de la habitación.

Tal y como lo dijo la enfermera, unos minutos después la doctora aparece en la habitación y entre ambas empiezan a ocuparse de mi vendaje, intento evitar darle un vistazo a mi herida, pero como una buena curiosa que soy fracaso estrepitosamente y se me atasca la respiración cuando veo la cortada que tengo en el pecho; es horrible, irregular y muy notoria.

Cuando la doctora nota que empiezo a alterarme, me habla intentando calmarme, me dice que con el paso del tiempo solo será una pequeña cicatriz, pero eso no logra apaciguarme; varias lágrimas se me escapan sin que pueda detenerlas, es horrible, una marca horrible y no la quiero en mi cuerpo, sobre todo porque me recuerda todo lo que me hizo Lucas. Para cuando terminan de ocuparse de mí vendaje, he podido calmarme un poco, la enfermera se va en silencio y la doctora se queda a mi lado arreglado algo en el respirador artificial; luego de unos segundos de silencio deja escapar un pequeño suspiro y me mira fijamente.

—Sé que se ve mal, pero estoy segura de que con el paso del tiempo y los cuidados respectivos, tan solo será una fina y delgada línea que no se va a notar mucho. —Le sostengo la mirada y me siento muy mal por no poder hablar, quisiera decirle que tengo demasiado miedo de quedar con esa horrible marca de por vida.

» Cuando llegaste al hospital fue como si me viera a mí misma, ¿sabes?, yo pasé por algo similar, pero el atacante fue mi pareja y sé por experiencia propia que has de estar muerta de miedo, pero tienes excelentes personas que están contigo Sophie y te ayudarán a superar esto. —Alcanzo una de sus manos y le doy un apretón cuando noto que sus ojos se llenan de lágrimas; realmente creo que esta chica ha sido todo un ángel, no solo salvó mi vida, sino que me está contando algo bastante personal de ella, algo con lo que trata de animarme a salir adelante.

» Sé también que eres toda una luchadora, me lo has demostrado en el quirófano, saldrás de esto y lo superarás, tengo fe en ti. —Sus palabras logran que una cálida sensación se apodere de mí, como no puedo hacer mucho más, le doy un firme asentimiento y vuelvo a apretar su mano, ella me regala una tierna sonrisa y luego la veo marcharse.

Los pocos minutos que me quedo sola revivo cada palabra de la doctora y me recuerdo a mí misma que lo primero que debo hacer cuando logre estar sin el respirador, es agradecerle por sus palabras de ánimo y por su confianza en mí; justo ahora pienso que es bastante cierto que nunca debemos juzgar a nadie sin antes haberlo conocido, nunca habría llegado a imaginar que esa joven chica pasó por una situación similar a la mía. Sus palabras de ánimo me han ayudado bastante y es que ella tiene razón al decir que cuento con personas maravillosas que me ayudarán a salir de todo esto y si, puede que la cicatriz se cure y cicatrice, como puede que no, pero ahora pienso que eso ya no importa tanto, las personas que me aman, me amarán aun así, con o sin cicatriz; justo ahora sé más que nunca que realmente soy muy afortunada por estar rodeada de personas que me apoyan y me aman.

Para el final del día, cuando el horario de visitas se está acabando, todos pasan a despedirse antes de irse; está de más decir que mi madre fue un hueso bastante duro de roer en cuanto al tema de no quedarse esta noche conmigo, pero al final mi padre y Dylan terminaron convenciéndola para que se fuera a descansar; luego de que todos se marchan y una enfermera me da una última revisión.

Dylan entra en la habitación con una pequeña mochila en su hombro, se sienta a mi lado y me regala una hermosa sonrisa, que como siempre me hipnotiza, lo miro atentamente cuando pone la mochila en su regazo y saca varias cosas de ella, la primera es una manta que sé es de su departamento, se ocupa de arroparme con ella y se me escapa una sonrisa cuando dice que las del hospital no son tan calentitas como esa y que él no permitirá que pase frío.

Lo segundo que saca es el peluche en forma de caballo que me regaló hace tiempo, lo pone a mi lado y yo lo tomo entre mis manos acariciando su suave pelaje; ¡Dios!, ¿Cómo no amar a este hombre?, Si con cada detalle me demuestra que es todo un príncipe. Lo último que lo veo sacar de la mochila es un estuche negro del cual extrae una delgada Tablet, lo miro con curiosidad y él me regala una tierna sonrisa.copy right hot novel pub

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