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(COMPLETA) Descubriendo El Placer

Capítulo 100

Creo que en los pocos días que nos separan de la próxima semana, las personas que me visitan pueden sentir mi constante ansiedad por que por fin se llegue el día en que pueda empezar a trabajar con la doctora en mi recuperación, sé que Dylan es quien más comparte mi estado de ánimo, pues él mismo me ha confesado que no ve el momento en que pueda darme un beso y escuchar de nuevo mi voz. Cuando el tan esperado día se llega Dylan es quien está conmigo hasta el momento en que la doctora llega y le pide que abandone la habitación y aunque ambas podemos ver su reticencia a hacerlo, al final deja un beso en mi frente y se va lentamente dejándonos solas.

—Bueno Sophie, por fin llego el día. —Me dice la doctora que justo ahora sé que se llama Angie, yo solo asiento y retuerzo mis manos juntas con nerviosismo; ella me regala una sonrisa de ánimo y empieza a mover la cama para ubicarme en una posición medio sentada, en cuanto me ha ubicado como quiere se acerca a la máquina del respirador y mueve algunos botones; luego se vuelve a acercar a mí y me mira fijamente antes de tomar una profunda respiración y hablarme en voz baja. —Bueno, aquí vamos.

Se ubica a mi lado y levanta mi cabeza para tomar la cinta elástica que mantiene la careta en su lugar y empezar a removerla lentamente, no la retira de mi rostro, sino que las sostiene ella misma y me mira de nuevo antes de decirme en voz baja que no debo apresurarme a tomar demasiadas respiraciones para no sobre esforzarme, yo asiento firmemente y ella la retira lentamente de mi rostro; me siento muy bien al no tener la presión de la careta contra mí y como ella me ha advertido no me molesto en tomar demasiadas respiraciones para no hacerme daño, puedo permanecer algunos segundos respirando por mí misma hasta que la doctora decide ponerla de nuevo regalándome una hermosa sonrisa.

Nos quedamos más o menos quince minutos practicando el mismo procedimiento por cortos periodos de tiempo; según la doctora aun no es conveniente dejarme mucho tiempo sin el apoyo de la careta de oxígeno, también me prohíbe rotundamente intentar hablar, pues eso podría causarme mucho daño, sé que puede ver mi impaciencia por poder comunicarme con las personas, pero me da palabras de ánimo para que no desanime, pues apenas y estamos empezando; sé que tiene razón por lo que cuando me deja en la misma posición que estaba al principio y está por irse le escribo una pequeña frase de agradecimiento en la Tablet, ella me regala una tierna sonrisa y toma una de mis manos para darle un suave apretón y luego salir de la habitación.

Unos segundos después Dylan entra de nuevo a la habitación y me regala una hermosa sonrisa, a la cual correspondo inmediatamente. —Bueno, quiero que me cuentes qué tal fue todo, pequeña mía. —Me dice sentándose cerca de mí. Lo que resta del día me quedo en compañía de Dylan contándole como me fue con los ejercicios y como me sentí con ellos, él lee con detalle todo lo que le escribo y cuando le cuento lo impaciente que me siento por poder hablar por mí misma; me alienta, así como lo hizo la doctora y me dice que él también se siente así, pero que esperara todo lo que sea necesario para escucharme decirle muchas veces ''Te amo'' y yo como siempre me derrito por sus hermosas palabras.

Después de que vuelvo a ser una persona y no un charquito viviente, Dylan me cuenta que mis padres han tenido que irse por hoy a la hacienda para resolver algunos pendientes, pero que regresaran para mañana estar aquí acompañándome, de paso él aprovecha y llama a mi madre para darle un informe detallado de como resulto mi primera sesión de ejercicios de recuperación, una enorme sonrisa se me escapa cuando soy testigo de la larga conversación que Dylan mantiene con mi muy preguntona madre; es realmente tierno ver como él le responde pacientemente cada pregunta que ella le hace hasta que por fin cuelgan la larga llamada. Él me mira con una sonrisa petulante antes de limpiarse falsamente un hombro y hablarme en voz baja.

— ¿Qué puedo decir?, tu madre me adora. —Me dice robándome una pequeña risa que me provoca un pequeño quejido de dolor que le borra la sonrisa inmediatamente. —Mierda, lo siento muchísimo, cielo, de verdad lo siento. —Me dice tomando una de mis manos y dándole un apretón; intenta disculparse de nuevo, pero yo niego repetidas veces con la cabeza intentando restarle importancia a lo que ha sucedido.

Cuando ya el dolor ha pasado por completo, le pido la Tablet y le escribo que no se disculpe más conmigo por lo que ha pasado, pues no es su culpa que yo no me pueda reír, al final terminamos olvidando el tema y pasamos una buena parte de la noche hablando sobre hacer un pequeño viaje juntos cuando yo ya este recuperada por completo, para poder tener un buen tiempo a solas y poder disfrutar el uno del otro. Antes de dormirnos esa noche Dylan me deja saber lo orgulloso que se siente de mi por estar haciéndolo tan bien, como toda una guerrera y sería una completa mentirosa si niego que esa noche me duermo con una sonrisa instalada en mi rostro por sus palabras.

El tiempo empieza a transcurrir de una manera bastante rápida, todos los días hago ejercicios de respiración con la doctora y poco a poco mi pulmón empieza a mostrar signos de mejoría, según la doctora es un proceso bastante lento, pero como voy, voy bastante bien; últimamente han ido aumentando los segundos que me quedo sin la careta en mi rostro, dejando así que mi pulmón funcione sin ayuda.

También me han trasladado a una habitación en donde me permiten las visitas de por lo menos dos personas, desde el primer día empecé a recibir detalles y regalos de las personas cercanas, deseándome una pronta recuperación, pero sinceramente mi favorito ha sido un enorme peluche en forma de tortuga que me ha traído mi padre, me ha gustado tanto que la mayor parte del tiempo lo mantengo conmigo en la cama, es bastante especial porque como mi padre ha sido siempre un hombre bastante parco en detalles o demostraciones de afecto, recibir un regalo así por su parte es completamente hermoso para mí y más cuando me ha dicho que el peluche es una forma de recordarme que aunque mi recuperación va a pasos lentos y pequeños al final llegaré a ser más fuerte que antes y que viviré mucho tiempo, rodeada de mucha salud y cosas buenas.

Día a día estoy dando mi mayor esfuerzo para contribuir con mi recuperación y el hecho de tener a mi familia y a mis amigos conmigo, apoyándome y animándome para que no desfallezca, ni me dé por vencida me ayudan muchísimo, soy bastante consciente de que nada va a ser fácil o que todo se dará de un día para otro, pero tengo bastante fe en mí y sé que podré salir de esto, a pasos pequeños, pero seguros y fuertes, de la mano de las personas a las que amo.copy right hot novel pub

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