Me remuevo un poco en mi sitio hasta que me topo con una superficie dura y calidad a mi lado, abro mis ojos poco a poco y me encuentro con la mirada azul cristalina que me tiene enamorada; Dylan me sonríe tiernamente mientras que acaricia mi rostro; luego lleva sus labios a los míos y deja un beso que pretende ser suave en ellos, pero yo cambio el rumbo de sus intenciones y me aferro a su camisa profundizando el beso, para cuando nos separamos él tiene un brillo de deseo en la mirada que me calienta el cuerpo, pero antes de que pueda algo con respecto a ello une nuestras frentes y pone una de sus grandes manos en mi mejilla.

—Hola, bella durmiente. —Me dice dándome una hermosa sonrisa.

—Hola, mi gigante tierno. —Le respondo haciéndolo reír.

—¿Gigante tierno? —Me pregunta con la curiosidad marcada en su rostro.

—Eso es lo que eres para mí, mi gigante tierno. —Él se ríe de nuevo y deja un nuevo beso en mis labios.

—Tú eres mi pequeña, mi cielo, la mujer de mi vida, la mujer que amo. —Me dice haciéndome estremecer.

—También te amo Dylan, demasiado. —Él está por decirme algo, pero unos pequeños toques en la puerta lo detienen.

—¿Chicos? —Pregunta mi madre desde afuera. —Cuando estén listos pueden venir a comer. —Escuchamos sus pasos alejándose antes de que podamos responderle y Dylan me regala una hermosa sonrisa mientras se pone de pie.

—Anda, vamos, no hagamos esperar a la fierecilla de tu madre. —Me rio un poco por su comentario y él me mira con adoración. —Realmente extrañaba tenerte aquí conmigo. —Me dice en voz baja antes de tomarme en sus brazos y llevarme hasta la cocina donde nos esperan mis padres.

El resto del día, se pasa volando y debo decir que me encanta estar de vuelta en casa, mis padres y Dylan se mantienen conmigo en todo momento y eso me hace bastante feliz, para cuando la noche está cayendo, nuestros amigos se aparecen y traen con ellos una deliciosa cena, todos nos reunimos en la sala y ellos me dan la bienvenida a casa, según lo que me cuentan Kathy y Valentina, todos querían estar aquí para cuando yo volviera del hospital, pero mi padre les habló del posible cansancio que traería conmigo y por lo tanto ellos decidieron venir a cenar; yo les hago saber que mi padre tenía razón y que llegué rendida del hospital y ellas están de acuerdo en que fue una buena decisión haber seguido los consejos de mi padre.

Hablo un poco con todos ellos, pero al final termino rendida y Miguel es quien decide llevarme en sus brazos hasta la habitación, Dylan no dice nada y le da el espacio que sabe que necesita conmigo; cuando llegamos a la habitación que Dylan y yo compartimos él me deja con cuidado en la cama y me contempla por varios minutos en silencio

—¿Qué pasa? —Le pregunto suavemente cuando veo que no tiene intenciones de decirme nada.

—Nada preciosa Sophie, es solo que me alegra mucho tenerte de vuelta con nosotros. —Me dice acariciando mi mejilla y sé que está reviviendo de alguna manera todo lo que pasó con su hermana.

—Ven aquí. —Le digo abriendo un poco mis brazos y él inmediatamente se funde en un fuerte abrazo conmigo.

—Tuve pavor de perderte a ti también, fue como volver en el tiempo y estar de nuevo en la misma situación, entonces me di cuenta de que no quiero perderte Sophie, te amo, eres como una hermanita menor para mí y no quiero perderte, no quiero. —Se me escapan las lágrimas cuando lo escucho sollozar suavemente.

—Sabes que también te amo como mí súper hermano mayor Miguel, no vas a perderme; estaré aquí para ti siempre que lo necesites, siempre, eso no cambiará.copy right hot novel pub