En cuanto llego a la editorial intento concentrarme en los trabajos que tengo, pero cuando pienso en el encuentro con la chica pulpo mi mente empieza a divagar y entonces pienso que debería ser un poco más atrevida con Dylan pues tal vez eso le guste, pero luego empiezo a recordar cada palabra halagadora que él me ha dicho, nunca me ha insinuado que le moleste mi timidez ni mucho menos; sin embargo, igual quiero hacer algo para que tengamos un momento íntimo y apasionado.

Me comunico con la oficina de Cloe y en cuanto me contesta le pregunto si está desocupada, ella no me deja hablar más, pues me dice que estará en un momento en mi oficina, para luego colgarme dejándome con la palabra en la boca, cuando estoy colgando la bocina del teléfono ella entra como todo un huracán por la puerta haciéndome reír.

—¿Estás bien, florecilla? —Me dice sentándose en una de las sillas al frente de mi escritorio.

—Lo estoy, sólo necesito un consejo. —Le digo sintiéndome un poco ridícula por haberla llamado para esto.

—Anda, confía en mí, ¿Qué es lo que sucede? —Me mira fijamente.

Tomo una profunda respiración y le cuento con detalle lo que ha sucedido hoy, ella insulta todo lo que puede a la chica pulpo. Luego le cuento mis inseguridades, pero ella se encarga de espantarlas con palabras de ánimo. Luego de eso le comunico mi deseo de hacer algo especial para Dylan, es entonces cuando empezamos a idear un plan para sorprender a Dylan.

Cuando ella me ha dado grandes ideas para conseguir darle una sorpresa a Dylan, la despido. Por más que ella insiste en ayudarme con todos los preparativos yo la rechazo; esto es algo que prefiero hacer sola. Lo único que prometo es que le contaré cómo me fue la próxima semana.

Continúo con mi trabajo más animada mientras que pienso en todo lo que podría hacer para sorprender a mi gigante tierno, él me envía un mensaje avisándome que ya terminó su reunión con la chica pulpo y me escribe lo agotador que fue tener que aguantarla por tanto rato, pues se comportó de una manera que lo hizo sentir incómodo. Sus palabras reafirman mis ganas de seguir con mi plan por lo que sutilmente le pregunto cuáles son sus planes para este fin de semana, cuando me confirma que no tiene nada por hacer lo invito a comer a mi departamento y él acepta de manera demasiado entusiasta. Hablamos por un rato más y aunque intenta sonsacarme pistas sobre qué planes tendremos para el sábado, yo no doy mi brazo a torcer por nada del mundo.

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La semana se me pasa rápido; entre los detalles para mí fin de semana y el trabajo el sábado se llega más pronto de lo que esperaba, salgo del trabajo a las tres de la tarde y en cuanto llego a mi departamento empiezo a organizarlo todo lo mejor que puedo, preparo una receta que me ha enseñado mi madre vía teléfono y espero que quede tan deliciosa como ella ha dicho que es. Organizo todo el desorden que he hecho y cuando anochece empiezo a prepararme; me pongo un vestido de color rojo con una lencería del mismo color por debajo y por primera vez en mi vida utilizo un tanga, me siento un poco incómoda y extraña pero cuando me miro al espejo me siento sexy, por lo que me lo dejo puesto.

Me maquillo mínimamente como siempre y justo cuando me estoy dando un último vistazo suenan unos fuertes toques en mi puerto; tomo un profundo respiro y me dirijo a abrirla, al hacerlo me quedo perpleja al ver a Dylan con un suéter negro que marca cada uno de sus músculos y un pantalón blanco que lo hacen ver muy hermoso.

Cuando reparo en su vista noto que él me mira mordiéndose el labio devorándome con la mirada, noto que tiene un paquete en sus manos y me aclaro la garganta suavemente logrando que salga de su estupor.

—Hola. —Digo suavemente.

—Hola, demonios te ves hermosamente sexy. —Me dice acercándome a su cuerpo para besarme apasionadamente, correspondo a su beso con su mismo entusiasmo y cuando nos separamos le sonrío tiernamente; él me corresponde acariciando mi rostro.

—Sigue.copy right hot novel pub