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(COMPLETA) Descubriendo El Placer

Capítulo 67

En cuanto me siento un poco más tranquila me pongo de pie y busco mi teléfono de manera frenética en mi bolso, tan pronto lo encuentro me siento solo un poco más tranquila, tengo que intentar insertar el pin de desbloqueo varias veces, pues mis manos tiemblan sin control, busco el nombre de Dylan y le escribo un mensaje, no me siento capaz de llamarlo sin ponerme a llorar en el proceso.

Yo: “Hola, ¿aún estás en la emisora, o ya saliste?”

Me quedo mirando la pantalla del móvil fijamente, rogando porque me conteste; el sonido de un mensaje entrante me hace brincar, en cuanto veo que es suyo lo abro rápidamente.

Dylan: “Voy camino a casa, aproveché a responderte en un semáforo, ¿por qué?”

Yo: “¿Podrías pasar por mí, por favor?, te necesito.”

Miro en todas las direcciones del estacionamiento mientras espero una respuesta de Dylan, pero pasan los minutos y no responde, de seguro se montó a su auto y va de camino a su departamento, así que verá mi mensaje cuando a mí ya me haya dado un ataque de pánico, empiezo a pensar en que debería hacer, estoy demasiado alterada como para manejar; así que lo mejor será llamar un taxi.

Estoy intentando buscar el número telefónico de alguna compañía de taxis cuando escucho un brusco rechinido de ruedas, inmediatamente me tenso, tal vez Lucas Zapata se devolvió para hacerme daño, me quedo a la expectativa cuando veo el armatoste de Dylan derrapar frente a mí, en cuanto se detiene la puerta se abre bruscamente y él sale con un gesto de auténtica preocupación en su rostro. Toda la tensión en mi cuerpo desaparece en el momento en que veo que trota hacia donde estoy parada, entonces reacciono, dejo mi celular de nuevo en el bolso y me apresuro a su encuentro.

En cuanto está lo suficientemente cerca me lanzo a sus brazos y me rompo en mil pedazos dejando que mi llanto se libere por completo, él me estrecha entre sus brazos y me levanta del suelo, siento que acaricia mi cabello suavemente y me aferro a él con más fuerza, entonces la culpa me invade, debí haberle dicho desde un principio lo que sucedía con Lucas Zapata, debí haber confiado en él, así tal vez las cosas no hubieran llegado hasta este punto, pero cuando el llanto va cesando y me encuentro más calmada me doy cuenta de que si no le conté antes lo que sucedía no era porque no confiara en él, no, yo solo buscaba protegerlo, creo que en el fondo sabía que había algo mal con ese sujeto, me mentí a mí misma para no tener que decirle a Dylan la verdad, tal vez fue tonto, pero solo quería evitar que mi gigante tierno pudiera descubrir al verdadero Lucas Zapata y tuviera problemas, pero al final tendré que decirle todo, solo espero que no se enoje conmigo por haberle ocultado la verdad todo este tiempo.

—¿Vas a decirme que está mal, cielo? —Su ronca voz interrumpe mis pensamientos, me abrazo un poco más a su cuerpo, si es que se puede y niego levemente con la cabeza.

—No aquí. —Le susurro en el oído, él me da un pequeño asentimiento y camina hasta mi moto conmigo en sus brazos aún, me acomoda bien contra su pecho y yo envuelvo mis piernas en su torso, puedo sentir como toma mi bolso y mis cosas de la moto y se encamina hacia su auto, abre la puerta trasera y como puede, deposita mis cosas en el asiento, luego camina hasta la puerta del copiloto e intenta dejarme en el asiento, pero me resisto un poco haciéndolo reír.

—Debes soltarme para que podamos irnos, anda entre más rápido nos vayamos, más rápido podré llevarte a mí departamento y estaremos solos. —Sus palabras me convencen por lo que me suelto despacio de su cuello y me acomodo en el asiento, él abrocha el cinturón de seguridad a mi alrededor y cierra suavemente la puerta después de dejar un beso en mi frente.

Camina delante del auto y noto como pasea su mirada por el estacionamiento revisando que todo esté en orden, por lo que puedo ver ha dejado mi moto asegurada, después de que está convencido de que todo está bien, camina hasta el lado del conductor y en cuanto se acomoda yo volteo mi rostro hacia la ventanilla, puedo notar su preocupación, pero prefiero hablar con él cuando estemos en las seguridad de su departamento.

Toma mi mano entre la suya y le da un leve apretón, después de eso empieza a conducir y un nudo se forma en mi estómago, sé que con la poca luz que había en el estacionamiento él no ha podido ver bien mi rostro y estoy más que segura que enloquecerá en cuanto vea lo magullada que estoy.

El trayecto hasta su edificio lo hacemos en silencio, yo me dedico a mirar por la ventana y él no suelta mi mano en ningún momento, en cuanto llegamos el nudo en mi estómago se vuelve peor. El auto de detiene y él suelta un gran suspiro, yo no lo miro solo me quedo mirando por la ventana, deja ir mi mano y escucho como se baja para recoger mis cosas y las suyas, luego abre mi puerta y creo que no puedo moverme, aún no quiero que vea lo que Zapata me ha hecho, pero sé que es inevitable impedir que se dé cuenta.

—Ven aquí, te llevaré hasta el departamento. —Tan pronto como termina de hablar me toma entre sus brazos, en una situación normal le pediría que me baje, pero hoy simplemente quiero quedarme lo más cerca que pueda de él, escondo mi rostro en su cuello y respiro hondo cuando llegamos al ascensor, el momento de la verdad se acerca cada vez más y creo que el pánico se está apoderando de mí.

Me relajo poco a poco cuando siento que él acaricia mi espalda logrando que me sienta reconfortada, deja varios besos en mi frente y el silencio reina en el ascensor, cuando llegamos a su piso el pánico vuelve, él camina lentamente hasta su puerta y en cuanto se detiene frente a ella me deja en el suelo, yo evito darle la cara para que aún no sé de cuenta de mi estado y prácticamente corro al interior de su departamento cuando abre la puerta, me quedo dándole la espalda y los ojos se me llenan de lágrimas cuando escucho el sonido de la puerta siendo cerrada.

—¿Pequeña mía?, ¿Ahora vas a decirme que pasa? —Niego levemente y agacho la cabeza en cuanto siento que se aproxima a mí, las puntas de sus zapatos invaden mi visión, sé que no hay escapatoria y que el momento de la verdad ha llegado cuando toma mi rostro entre sus manos suavemente y lo empieza a levantar para que lo mire.

—Cariño, sea lo que sea lo podremos… —Interrumpe su discurso bruscamente cuando nota ve mi rostro y un gesto de rabia se apodera de sus facciones. —¿Quién te hizo esto? —Examina mi mandíbula con cuidado y me mira nuevamente cuando ve que no le doy respuesta.copy right hot novel pub

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