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(COMPLETA) Descubriendo El Placer

Capítulo 87

El resto de la semana en el trabajo pasa lo más tranquila posible, el único suceso que ha revolucionado el día de hoy las oficinas es la contratación de una nueva correctora, se llama Maitén y es todo un amor, vino desde Argentina buscando nuevos horizontes y en cuanto vio el anuncio que hizo Cloe en una página web se presentó a la entrevista y consiguió el empleo. Mi amiga me la presentó apenas llegó a su primer día y me dejó como su guía oficial, por lo que le di un buen recorrido por las instalaciones de la editorial.

En el corto paseo que dimos pude descubrir que es una chica bastante carismática y divertida, me hablo todo lo que más pudo sobre su país de descendencia y sus costumbres, también me contó sobre lo hermosa que le ha parecido la ciudad en el poco tiempo que lleva en ella, entonces yo amablemente me ofrecí a mostrarle más lugares junto a Cloe, ella se mostró bastante emocionada por eso, lo cual me hizo reír.

Cuando terminamos nuestro recorrido Cloe nos propuso ir a almorzar juntas y de paso invitamos a Ruth; entre todas le hicimos una especie de interrogatorio a Maitén sobre su vida, su familia, las cosas que le gustan, que le disgustan, mejor dicho nuestra misión fue conocerla a fondo; Cloe se preocupó por preguntarle su opinión sobre los chicos que ha llegado a conocer en la ciudad, pero Maitén nos contó que no ha tenido demasiado tiempo para molestarse en conocer hombres y pude ver un brillo travieso en la mirada de Cloe cuando escucho su respuesta, solo espero que mi amiga no salga con alguna de sus locuras y espante a la nueva chica.

Cuando Dylan me recoge al final de la jornada, le cuento sobre la nueva chica de la oficina, la que al parecer será una nueva amiga, en todo el viaje hasta el edificio él me escucha atentamente y se ríe bastante cuando le cuento que al parecer Cloe está tramando algún loco plan para ser la casamentera de Maitén, su única opinión al respecto es que espera que la chica nueva le tenga paciencia a Cloe y a sus incontables locuras.

El fin de semana Dylan y yo emprendemos camino hacia la hacienda de mis padres temprano en la mañana; disfruto mucho con él en todo el camino, hablando, cantando desafinadamente, riéndome de sus pésimos chistes o simplemente admirando su perfil; él aprovecha cada parada que hace para robarme un beso y tomar mi mano entre las suyas, comemos algo en una parada que hacemos y de paso aprovechamos para llevarles algo también a mis padres y a Juana; en el momento en que nos estamos acercando a la entrada de la hacienda, la resolución de lo que voy a hacer me golpea con fuerza y rezo interiormente para que todo no salga tan desastroso como lo imagino.

Juana y mi madre nos esperan en la entrada de la casa tan pronto como traspasamos el gran portón, en cuanto nos bajamos del auto Dylan y yo las saludamos con besos y abrazos, luego les entregamos las cosas que compramos en el camino, antes de que mi madre se desvíe a la cocina cuando entramos a la casa Juana nos dice que ella se encargara de acomodar todo en la cocina para que nosotros vayamos a saludar a mi padre, luego se marcha con las bolsas ignorando las protestas que le grita mi madre. Caminamos junto a mi muy habladora madre tomados de la mano y en cuanto veo a mi padre sentado leyendo en una de las tumbonas que hay en el patio dejo ir la mano de Dylan disculpándome con ambos y camino rápidamente hasta mi padre que deja su libro a un lado y se pone de pie para saludarme con un abrazo.

—Hola princesita mía, ¿Cómo has estado? —Me dice dejando un beso en mi cabeza y separándose

—Muy bien papi, ¿Y tú, Como sigues?

—Muchísimo mejor, esta semana tuve la última revisión con el médico y me dijo que ya estaba totalmente recuperado, pero que de todas maneras no es recomendable que me sobre esfuerce con los trabajos de la hacienda y tu madre se ha encargado de ello, creo que ahora es como mi policía personal. —Me dice en tono bajito lleno de reproche.

—No puede ser tan malo, ella lo hace solo porque está asustada aun, no quiere que te suceda nada malo, ambas esperamos jamás tener que vivir un susto así. —Me separo lentamente de él y tomo sus manos entre las mías; Dylan y mi madre llegan justo cuando mi padre me da un leve asentimiento indicándome que comprende la actitud de mamá.

En cuanto Dylan y mi padre se saludan, ambos empiezan a hablar sobre algunos temas sociopolíticos y yo me ocupo de ayudarle a mi madre con las cosas para el almuerzo, ella me cuenta sobre cómo están marchando las cosas en la hacienda y luego yo le hablo sobre los nuevos proyectos de la editorial y mi nueva compañera; cuando estamos terminando de organizar la mesa invitamos a Juana a quedarse a almorzar con nosotros, pero ella nos rechaza amablemente alegando que ya tiene planes de comer con algunos empleados. Mi madre y yo nos ubicamos en la mesa y llamamos a los hombres para que nos acompañen, en cuanto ellos se ubican empezamos a almorzar y hablamos tranquilamente entre todos.

En el momento en que mis padres se marchan por el postre Dylan me da una mirada interrogante y sé que me está animando para que les cuente la verdad de una vez, yo tomo un profundo respiro y asiento suavemente dándole a entender que lo hare, cuando mis padres vuelven con los platos del postre mi madre parlotea animadamente y nos cuenta que esta ha sido una nueva receta que ha visto en internet, mi padre y Dylan la halagan en cuanto prueban la primera cucharada y yo los miro a todos limpiando mis manos sudorosas en mi pantalón.

—Emm, yo... quería comentarles algo importante. —Digo en voz alta mirando a mis padres, ellos se quedan unos segundos en silencio y yo puedo sentir que Dylan toma una de mis manos debajo de la mesa y le da un suave apretón.

—Claro cariño, cuéntanos que pasa. —Me dice mi madre mirándome con curiosidad.

—Bueno.copy right hot novel pub

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