Los días no eran tan normales para Dominic. Aunque su mente solo albergaban pensamientos referidos a Lien, llegar a su casa cada tarde era volver al pasado nuevamente. Debía hacer una terapia lo más rápido posible si no quería perderla a ella también.

Estaban en contacto constantemente, pero incluso eso, no dejo de lado que Dominic se sintiera amenazado por el ex novio de Lien. Sabia que podia confiar en ella, pero no conocía a ese tal Leo, y por mas que ella dijera que ya no sentía nada por el, si aquel hombre se daba cuenta de lo que estaba perdiendo era mas factible que luchara por ganar nuevamente su confianza y esto genero que tomara una decisión.

De repente un dia llego alterado. Se sentía solo y completamente angustiado por esos pensamientos que no dejaban de revolotear en su cabeza. Llegar a su casa y ver el retrato de su esposa en el suelo, tal como lo había dejado el dia que se despidió de Lien, hizo que estallara en furia. Estaba enfadado con el mismo, con aquel vehiculo que se cruzo en su camino aquella noche y con la vida misma. Las lágrimas no tardaron en empañar su visión y con manos temblorosas se sirvió un vaso de coñac bebiendolo de un solo trago como para darse fuerzas para terminar con todo lo que le recordara a su esposa.

De su cuarto tomó un cubrecama y lo tendió en el suelo, Tomó con delicadeza el gran cuadro y lo miró fijamente unos minutos, mientras pedía disculpas por lo que estaba a punto de hacer. Beso la imagen y lo apoyó en el centro de aquella tela color azul. Luego recorrió toda la casa tomando en sus manos cada retrato de Johanna y los colocó encima del más grande.

Nuevamente se sirvió un vaso más de coñac y el intenso ardor en su garganta logró que aquel dolor y las lágrimas fueran aminorando. Se encendió un cigarrillo y se sentó al lado de la pila de cuadros.

-No tienes idea lo que significa para mi recoger todos los pedazos de tus recuerdos.copy right hot novel pub