Los días pasan y el Rey, parece mantenerse estable. La fiebre lucha por mantenerse en su cuerpo, pero Isabella lucha por mantenerlo con vida, es una recia batalla de titanes.
La Reina enfrentada a la muerte, ambas damas luchando por el mismo hombre.
Ivette y Zahir, unidos por las múltiples obligaciones. Él, tuvo que asumir las responsabilidades del reino, ella siendo su ayuda fiel y su compañera en todo. Una loca idea había estado rondando su mente, pero debía esperar a la recuperación del Soberano, porque todos rogaban por su pronta mejoría. Zabdiel, libraba su propia batalla habían días en los que abría los ojos y estaba consiente por unos minutos, otros parecía sumido en un sueño interminable.
Isabella, se veía cada día más agotada y cansada. Lo peor de todo era que no permitía que nadie más se encargara del cuidado de su Señor, era ella y solo ella quien cuidaría a su esposo. Ni siquiera Hayffa, era buena candidata frente a los ojos de Isabella , para asumir el cuidado del Rey, ella quería hacerse cargo personalmente se su recuperación, hecho que nadie le discutía.
Ivette, podría comprender cómo se sentía, de ser Zahir el que estuviese en semejante situación, ella hubiese actuado exactamente igual. Matt y Suseth, habían decidido quedarse en Norusakistan hasta tener noticias favorables, ya que según Suseth; no podía dejar a sus hermanas solas. Hecho que Matt, aceptó y respaldó completamente, a fin de cuentas Isabella e Ivette, eran muy importantes para él.
Aquella mañana se reunieron para desayunar, mientras Zahir, conversaba un poco con Suseth, Ivette, Matt y Hayffa y les contaba que tanto el pueblo, como soberanos de otros países y emiratos, así como presidentes de otras naciones, comenzaban a inquietarse al no tener seguidas sobre el estado de su hermano.
-Todo estará bien- aseguró Hayffa- mi hijo es fuerte, este solo es un obstáculo más en su camino.
-Que así sea madre, porque esto de ser Rey, es horrible- una sonrisa triste se dibujó en su rostro- extraño a mi hermano. . . además, son demasiadas responsabilidades para mi solo.
-¡NAIARA!- los gritos de Isabella, alertaron a todos, quienes se pusieron en tensión de inmediato- ¡NAIARA!- Isabella, llegó al desayunador, con la respiración agitada.
-¿Qué sucede, hija mía?- preguntó Hayffa, con el terror dibujado en su rostro- ¿Está todo bien?- la miraba suplicante.
-¡ES. . . ZABDIEL!- dijo con voz entrecortada.
-¿Qué sucede, Bella?- preguntó Ivette, asustada.
-¡HA DESPERTADO!, ¡ESTA CONSCIENTE!-dijo sonriendo.
-¡Eso es maravilloso!- respiró Zahir.
-¡Gracias a Alá!- dijo Hayffa, sonriente.
-El médico lo ha revisado- dijo con una enorme sonrisa- asegura que el peligro a pasado- las lágrimas de felicidad rodaron por sus mejillas- él está bien, débil pero bien. Busquen a Naiara, que prepare un caldo, comida muy ligera, el médico a autorizado la alimentación y aunque el quiere comerse a Norusakistan entero- dijo sonriendo- le daremos sólo lo que el médico indique.
-¡Qué alegría, santo Dios!- alegó Suseth.
-¡Tenemos Jeque, para rato!- dijo Matt, con una enorme sonrisa.
Aquella tarde, todos pusieron pasar a ver a Zabdiel, quien estaba evidentemente débil y un poco dolorido, pero totalmente fuera de peligro. En Palacio se respiraba paz, después de tantos días de angustia y zozobra.
Ivette, decidió que después de todo, si podría llevar a cabo su plan, así que con ayuda de Naiara y Azhohary, se encargó de prepararlo todo.copy right hot novel pub