El olor a desinfectante llenó su olfato.

Las escenas del pasado aparecieron en su mente, el sonido estridente del frenazo y los gritos desgarradores resonaban uno tras otro en su mentehasta desaparecer gradualmente, al final todo era silencio.

Elizabeth abrió los ojos y vio la habitación blanca del hospital.

Justo en este momento alguien giró el pomo de la puerta, era Mónica que apareció con un táper.

Al verla despertar, Mónica mostró una sonrisa, cerró la puerta y se apresuró a la cabecera de la cama.

—¿Despertaste? ¿Cómo te sientes? Te he traído tu comida favorita.

Mónica dejó el táper en la mesita de noche, abrió la cremallera del bolso y sacó dos libros nuevos.

—De camino pasé por el quiosco y te compré dos libros, para que no te aburras en el hospital.

—¿Por qué estás aquí? —Elizabeth preguntó mientras se sentaba.

Mónica le puso una almohada en la espalda.

—El señor Lucas me llamó y me dijo que tuviste un accidente. Da la casualidad de que mi jefe me había puesto una tarea bastante difícil, demodo que aproveché la oportunidad para decirle que no y me vine para aquí.

Mónica se acerco a la cesta de frutas, tomó una manzana y comenzó a pelarla con un cuchillo, miró a Elizabeth diciendo,

—¿No me vas a contar lo que sucedió? ¿Por qué Aurora y tú han caído al mar? No me digas que es porque les gusta lanzarse en coche por los acantilados, ¡pues no me lo creo!

Mónica puso los ojos en blanco y se burló, pero siguió pelando la manzana.

—Tengo un amigo periodista que se encarga de redactar lo sucedido en este accidente. Me ha contado que era un Audi negro, ¡¿ese coche no es el de Aurora?! Ya sabía que no tramaba nada bueno. ¡Deberías denunciarla por querer asesinarte! Si quiere morir, nadie se lo impide, ¡¿pero, qué es eso de querer llevarte a ti?!

Después de pelar la manzana, Mónica cortó un trozo y se lo dio a Elizabeth.copy right hot novel pub