Elizabeth no se había recuperado del susto. Le temblaron las manos cuando recordó el sonido estridente de los frenazos, la sensación del agua fría, la escena de un hombre saltando al mar y ese abrazo cálido.

Puso la mirada en el habitación a través de la ventana de cristal.

Bajo la cálida luz del sol, los dos estaban abrazados.

—Declan, me duele mucho —Aurora agarraba el brazo de Declan temblando.

Elizabeth solo vio la espalda del hombre, la mandíbula y los labios apretados demostraban que ahora mismo sentía culpa e inquietud.

—Lo sé —dijo de nuevo.

—Nuestro bebé también dice que duele… Me lo ha dicho… —murmuró Aurora con aspecto de estar sufriendo un golpe fuerte.

Declan la abrazó con más fuerza, dudó un poco al alzar la mano, pero al final la colocó en la espalda de Aurora.

—Ya pasó, no piense más en ello.

—Pero solo tengo una oportunidad, ¿no es así?

Aurora levantó la cabeza y lo miró.

No hubo cambios en la expresión de Declan, pero se notó que trataba de hablar con más gentileza.

—No —contestó a secas.

Aurora frunció los labios, su rostro pálido se veía mucho más pálido bajo la luz del sol.

—Pero… ella ha regresado.

—No cambiará nada.copy right hot novel pub