—¿Sabes qué espero?

—No te daré la oportunidad de despedirme —respondió directamente Elizabeth.

Declan miró el rostro de Elizabeth tratando de descubrir lo que pensaba, sin éxito.

—Me sorprendió mucho cuando vi tu nombre en la lista de los nuevos empleados del Grupo Gloria. Elizabeth, tú decidiste abandonar todo aquí, ¿por qué ahora regresas de nuevo? —Se acercó un poco y dijo con expresión compleja.

Elizabeth se sonrojó por aquel olor familiar.

Eran las 8:50, la hora cuando todos los empleados llegaban al trabajo. La puerta del ascensor se abrió y decenas de altos directivos del Grupo Gloria salieron.

Pero nadie se enteró de que a unos cincuenta metros de ahí, había una tensión en un rincón del pasillo cerca de la oficina del presidente.

La mirada de Declan la dejaba sin aliento, pero tuvo que obligarse a si misama a mantener la calma y mirarlo con tranquilidad

—Cuando el Grupo Gloria me contrató, no sabía que mi jefe... serías tú.

Solo se enteró de esto después de firmar un convenio de colaboración con el responsable de la Abogacía del Grupo Gloria. No obstante, si en ese momento se echaba para atrás, tendría que haber pagado una alta tasa de daños liquidados por incumplimiento.

Elizabeth sonrió,

—Lo siento, señor Declan, pero no soy capaz de pagar una tasa tan alta de daños liquidados.

«No eres capaz de pagar…»

Esas palabras hicieron que Declan recordara algo, pero tales memorias solo le trajeron furia y dolor.

—Si no me equivoco, la familia Atenas vendió más de diez millones en activos este año...

—Ese dinero es todo el esfuerzo de mis padres, nunca los usaría.

—¿Sí? —La mirada de Declan era muy fría, como si fuese un cuchillo de hielo que se clavaba en el corazón de Elizabeth.copy right hot novel pub