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Destino Inevitable

XX. Obsesión.

Seguía sujetando fuertemente la muñeca de Aurore, incluso la lastimaba. Se veía tan molesto, ella no entendía por qué de repente se puso de esa forma. No había hecho nada malo, la que debería estar disgustada era ella por la bendita prueba que le hizo, encima le hardían las rodillas por las respaduras al caerse. Movió el brazo sucesivamente de lado a lado hasta que logró zafarse, el estaba tenso y pensativo.

Lo observó moverse continuamente sin siquiera hablar, eso la enfadaba aún más.

–¿Qué pasa con usted? Me hace daño cuando me sujeta de esta manera, debería medir su fuerza. No soy una muñeca que pueda arrastrar por todo el hotel, ni siquiera entiendo por qué se puso así, no hice nada malo. La que debería estar en ese estado soy yo después de hacerme buscar a Florentino como una loca por todo el lugar–Dijo sin parar de hablar alterada.

Él daba vueltas por toda la suite absorto en sus pensamientos, Aurore estaba segura que ni siquiera la había escuchado. ¿Por qué se comportaba así? Algo grande y peligroso pasaba, era consciente de ello pero no tenía la menor idea de qué podía ser.

–¿Puede hablar de una vez? ¡No entiendo nada! ¿Por qué me trajo aquí? De un minuto para otro su humor cambia repentinamente.

No obtuvo respuesta alguna, seguía en silencio pero esta vez se había apoyado sobre la pared con las manos en los bolsillos.

–¡¿Quiere volverme loca?! No entiendo su comportamiento, de pronto tiene este genio. No comprendo qué hago aquí hablando sola, me voy con Florentino…

Caminó hacia la puerta dispuesta a salir pero Alessandro la detuvo poniéndose delante, ahora sí la miraba a los ojos.

–No vuelva a salir de su suite hasta que yo se lo ordene, quiero que me comunique cualquier asunto por menor que sea, y lo más importante, no hable con absolutamente nadie, ¿entendido?

–¿Cómo? ¿Por qué?

–No haga preguntas, está aquí para cumplir mis ordenes. No hace falta saber nada.

–¿Cómo que no hace falta saber nada? Yo también estoy metida en este asunto.

–Si está metida en esto es sólo por una equivocación, pronto lo resolveré todo. Así que deje de hacer preguntas como un loro desenfrenado.

–Me dan ganas de abofetearlo de nuevo, me trata como si fuera una cosa que puede manejar a su antojo, no sé muy bien por qué tiene esos cambios de humor tan repentinos, a veces pienso que sufre de bipolaridad. Hace un momento disfrutaba con sus pruebecitas sin pensar en los demás, y ahora parece ser que quiere matar a cualquiera que se interponga en su camino. Yo sólo le conté sobre ese hombre y se puso así…–Calló por unos segundos estudiando sus palabras–. Espere…¿ese hombre es el que mandó a alguien para atacarnos?

Ante el silencio de Alessandro supo la respuesta.

–¿Cómo sabe que estamos aquí? ¿Nos siguió? Estoy segura que estoy en lo cierto, su silencio me lo confirma y no me niegue que no es así.

–Si me mantengo callado es porque no sé ni a cuál pregunta contestar, sólo se dedica a perder el tiempo en vez de hacer caso una vez en su vida y seguir mis órdenes. ¿Sabe qué es lo más odioso para mí de las personas?

–Hacerle repetir las cosas…¿tengo que tener miedo? Perdón, olvidaba que estoy hablando con el flamante Alessandro Ferrari. Debo callarme y ser una estatua que no hable ni se mueva, pues lamento decirle que se equivocó al elegir empleada, por si se le olvidaba ese hombre también pretende hacerme daño y tengo todo el derecho de saber por qué hace todo esto.

–Veo que empieza a conocerme. Pues si lo sabe tan bien, no me haga repetirle lo mismo.

–¿No me dirá absolutamente nada?

–No. –Contestó firmemente mientras la miraba serio.

–Bien, seguirá tratándome como a una cosa sin derecho alguno a saber qué sucede a mi al rededor. Pues sino me lo dirá usted, lo descubriré por mí misma.

–Entonces le será complicado porque no saldrá de esas paredes hasta que yo lo ordene.

–Es odioso, ¿sabía?

Él sonrió ladeado mientras observaba sus labios.copy right hot novel pub

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