Modo oscuro
Idioma arrow_icon

Destino Inevitable

XLIV. Castigo.

–¿Y si no encuentro ninguna salida y no puedo salir de este pozo que cada vez me absorbe más hacia abajo sin parar? –Aurore suspiró pesadamente–. ¿Por qué no me quiere, Ámbar? Es mi mamá…

Su amiga se mantuvo en silencio por el evidente dolor con el que hablaba.

–No me cabe en la cabeza que ella sea así, es imposible que haya cambiado de repente.

–Aurore, ella jamás cambió. Siempre fue así…

–No puedo creerlo, simplemente no puedo. –Se cubrió el rostro con las manos, sentía reventar su cabeza–. No entiendo por qué me odia, yo no le hice nada. –Volvió a ver a su amiga–. Ámbar, ¿soy despreciable? ¿Por eso mi mamá me odia?

–Claro que no lo eres. Por favor, Aurore. Te has desvivido por esa mujer todos estos años y yo he sido testigo de ello. Lo has dado absolutamente todo por ella. ¿Cómo vas a ser despreciable? Eres la persona más bondadosa y hermosa que conozco. No sé por qué dijo eso pero desde luego no tenía ningún derecho a tratarte de esa forma. Y mucho menos de decir aquellas palabras tan duras que no son ciertas.

–¿Viste su mirada? –Su pregunta fue acompañada por una lágrima que se deslizaba lentamente por su mejilla–. Era de odio, un profundo y oscuro odio hacia mí.

–No tiene motivo alguno para hacerlo.

–Pero lo hace, me desprecia y sus ojos lo demostraban. Me veía como si fuera la culpable por haber hecho algo horrible.

–Me da mucha rabia, se hizo la víctima cuando fue ella la que hizo algo espantoso. No puedo creer que haya sido capaz de fingir todos estos años con el objetivo de sacar provecho y engañarte.

–Ámbar…

–¿Sí?

–Perdóname, te hice ir a cuidar se ella todos estos días.

–No tengo nada que perdonarte, Aurore. Me da mucha tristeza todo esto, yo a Rose la veía como una tía para mí. Lo que más me sorprende era la forma en la que preguntaba por ti desesperada con preocupación. Me asombra tanto que todo haya sido mentira y actuara tan bien.

–No entiendo nada, Ámbar. Nada…

–Ven aquí. –Le hizo quitarse los zapatos para recostarse en el sofá poniendo la cabeza en sus muslos.

–Mi vida ha sido una mentira.

–No digas eso, no es cierto.

–Es lo único cierto, ha sido todo una mentira. Desde un principio he convivido con una desconocida en mi casa, junto a su cómplice haciendo de mi existencia una pesadilla. Cuando empezó todo no pude verlo, fui tan estúpida…Me odia por nacer. Yo no le pedí nacer, no lo hice.

–No tienes la culpa de nada, Aurore. Los únicos culpables son ellos siendo unos hipócritas engañándote.

–He participado en una película de terror sin saberlo, hicieron de mi vida un infierno; un embuste, una falsedad. Ya no tiene sentido vivir, Ámbar…–Empezó a llorar, pero sólo le hacía mal porque sentía más pesado su pecho, parecía cargar con más peso cada minuto que pasaba–. ¿Qué motivo tengo para seguir en esta vida?

–Jamás vuelvas a repetir eso, o me enojaré contigo. –Peinó su cabello con los dedos.

–Eso lo hacía ella también…me peinada hasta dormirme cuando tenía una pesadilla. ¿Como puede ser falso ahora? ¿Cuándo cambió todo de repente? A penas hasta hace unas semanas tenía otra vida.

–Pero seguirías viviendo en una mentira, como tú dices. Es mejor haberse dado cuenta de todo ahora que seguir viviendo un engaño.

–Pero mi amor por ella no es falso…–Susurró sollozando–. Ámbar, yo amo a mi madre.

–Lo sé, preciosa. Tus sentimientos no van a cambiar de la noche a la mañana, es comprensible. Pero ella no se merece tu amor.

–Ella a mi me odia, me odia, me odia…Mi mamá, me odia…–El hilo de su voz vibraba al mismo ritmo de sus sollozos, se abrazó a sí misma.

Ámbar aguantaba las ganas de llorar, pero le dolía infinitamente ver a su mejor amiga en ese estado, ella era siempre fuerte y valiente capaz de afrontar cualquier adversidad.copy right hot novel pub

Comentar / Informar problema del sitio