Aurore releyó el mensaje varias veces. Una parte de ella aseguraba que no era real, la mirada de odio y las palabras hirientes de su mamá no podían ser actuadas. Pero por la otra su instinto necesitaba asegurarse, el pensamiento de que ella estuviera pasándolo mal no la dejaría en paz. Un debate interno la envolvió en un trance consigo misma.

–Aurore, ¿me escuchaste?

Elevó el rostro hacia Alessandro confundida, no había prestado atención.

–S-sí…Bueno no, perdón… –Desvió de nuevo la mirada hacia su teléfono.

–Parece haberte sorprendido el mensaje que acabas de recibir. –Comentó Alessandro mientras analizaba la sorpresa en su rostro al escucharlo.

Ella no sabía si contárselo, no quería meterlo en más problemas relacionados con su mamá.

–Alessandro, quisiera preguntarte…

–Te escucho.

–¿Ya no me controlarás con ese contrato?

Él no pudo evitar sonreír maliciosamente mientras achinaba los ojos.

–¿Qué te hace pensar que no?

–Me dejaste estar con Ámbar…

–Lo hice porque lo necesitabas.

–¿Entonces no podré salir de esta mansión nunca? Como dice en el contrato.

–Podrás pero debes informarme antes.

–¿En serio...? –Preguntó sorprendida.

–¿Por qué te impresiona?

–Pensé que me lo impedirías por siempre.

–Podría hacerlo pero…

El sonido de otro mensaje lo interrumpió.

ߓ須ija por favor, te espero en casa. Jake quiere llevarme a otro país, no quiero separarme de ti. Perdóname, te juro que esa no era yo.

Aurore tragó saliva mientras su pecho se oprimía poco a poco, ¿sería verdad que su mamá había sido obligada a hacer aquello? Si ese era el caso ella estaba actuando como una mala hija.

–Alessandro…¿Podría salir unas horas más tarde?

–¿Te ocurre algo?

–N-no, ¿por qué?

–Estás temblando. ¿Para qué necesitas salir?

–Es personal…–Dijo tartamudeando un poco.

–¿Personal? –Preguntó alzando ambas cejas.

–Sí, es urgente.

–Puedes ir ahora, Florentino no está.

–¿No está? –Hizo la pregunta con sorpresa.

–Se encuentra ahora en el hospital haciendo varios chequeos médicos antes del viaje.

–Por eso no lo encontré en su habitación. ¿Entonces si puedo irme ahora? ¿Cuándo llega Florentino?

–Por la noche, iré a por él yo. Y sí, sal a resolver tu asunto personal. –Se notaba cierto sarcasmo en su voz.

–Gracias. –Se levantó del asiento y este hizo lo mismo–. Entonces me retiro, compermiso…

Empezó a caminar pero Alessando le impidió seguir poniéndose delante de ella acercándose demasiado, sus nervios empezaban a estar a flor de piel.

–Aurore, ¿quieres que vaya contigo?

Ella sintió como si su pregunta no se refiriera del todo a su compañía, pensó mil veces antes de responder. Se moría por decirle que la acompañara pero no quería ni debía hacerle ir con ella a resolver su vida personal, al fin y al cabo no tenían nada, no poseía el derecho de hacerle pasar por sus problemas.

–No es necesario, Alessandro…Muchas gracias, además tendrás trabajo seguramente y no quisiera interrumpirte.

–Bien, no te quito más tiempo. –Se apartó del camino carraspeando mientras miraba su reloj, se veía enojado pero parecía disimularlo–. El chófer estará esperándote fuera para llevarte a tu destino. –Le comunicó volviendo a verla.

–No hace falt…

–Sí la hace, hasta que llegue el taxi que tenías pensado llamar probablemente pasarían treinta minutos esperándolo. La ciudad está alejada, por lo tanto tardaría demasiado en llegar. Y claro tus asuntos personales no pueden esperar, ¿cierto? –Otra vez ese tono sarcástico, se encontraba totalmente serio al hablar.

–De acuerdo, no era consciente de ello. Te lo agradezco.

El teléfono de Alessandro vibró en el bolsillo de su pantalón, contestó y empezó a hablar en italiano. Supongo que sería de trabajo, Aurore simplemente se despidió en voz baja y salió del despacho. Tomó el bolso de su habitación junto a una gabardina negra y se encaminó por las escaleras hacia el hall. A punto de salir escuchó la voz de Olivia.

–¿Aurore, a dónde vas muchacha? –Preguntó acercándose hasta ella.

–Olivia, me alegra mucho verte.copy right hot novel pub