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Destino Inevitable

LII. Confesión.

Aurore no quitó la vista de la mano caliente y suave de Alessandro agarrando la suya, no percató que estaban en el garaje del lugar. Él paró al lado de un auto negro, abrió la puerta de copiloto mirándola de nuevo.

–Sube, Aurore. –Le dijo con voz firme.

–Lo siento por haberte causado problemas con tu tía, hubiera sido mejor si me callaba...

–¿Cómo dices eso? Da igual quién sea, siempre tienes que hacerte respetar. Jamás dejes que te ofendan de esa forma. –Él se perdió en aquella mirada trasparente y brillante–. Vamos, te llevaré donde tenías previsto ir.

–El caso es que…No quiero meterte en problemas…

Alessandro frunció el ceño mirándola con suma atención.

–¿Qué problemas me causarías? ¿A dónde quieres ir?

–Iré con mi madre.

–¿Hablas en serio? –Ella asintió mientras él suspiraba mirando hacia el techo–. Aurore, ¿se te olvidó todo lo que te dijo e hizo?

–No…No puedo olvidarlo. El caso es que me habló diciendo que Jake le haría daño y no quisiera quedarme con esta incertidumbre. Por eso no me gustaría que tuvieras problemas por mi causa, de todos modos no tienes la obligación de llevarme y velar por mí.

–¿Te parece que no tenga que hacerlo? –La vió con vehemencia deslizando la mirada por sus labios–. Una cosa es lo que creas y otra muy distinta la realidad.

–¿Qué quieres decir?

Él carraspeó desviando el contacto visual.

–Quiere decir que me parece muy mala idea, es evidente que se trata de una trampa.

–¿Una trampa?

–Por supuesto, esa mujer pretende confundirte para volver a tenerte en sus manos.

–¿Entonces no debería ir? –Preguntó con aflicción.

–Hagamos algo. Si quiere jugar, juguemos con ella. Caerá en su propio cebo.

–Sigo sin entenderte…

–¿Fue ella la que mandó el mensaje, ¿cierto?

–Sí.

–Déjame revisarlo. –Aurore se lo dió y este leyó los mensajes, era impresionante lo hipócrita que podía llegar a ser una persona, escribió un mensaje de respuesta aceptando su petición–. Bien, ahora quiero que hagas todo lo que te voy a decir a continuación. Si quieres terminar de conocer a la mujer que llamas madre sólo tienes que hacerme caso. ¿Estás completamente segura de querer esto?

–Sí…quisiera conocerla por completo. –Agachó la cabeza intentando despegar el nudo que empezaba a formarse en su garganta–. O tal vez sea verdad lo que dijo y la haya obligado.

Alessandro notó lo afectada que estaba con todo lo que estaba ocurriendo.

–Aurore, no estás preparada para esto. Será mejor dejarlo así.

Ella elevó la vista rápidamente para verlo.

–No, no…Por favor, ya no quiero vivir en una mentira, deseo saber la verdad.

Él la vió perdiéndose de nuevo en aquellos melancólicos zafiros que lo miraban suplicantes.

–De acuerdo…

Alessandro abrió la puerta esperando a que entrara, por el camino él le explicaba lo que debía hacer cuando llegaran donde su mamá. Aparcó a varios metros del lugar, Aurore bajó después de él. Alessandro caminó hasta ella dando la vuelta al auto.

–¿Preparada? –Preguntó mirándola atento.

–Sí…–Suspiró mirando hacia la casa desde su posición–. Estoy lista.

–Podemos irnos si no lo estás.

Ella volteó a verlo y divisó una sincera y profunda mirada, sentía que algo había cambiado entre ellos dos pero no se atrevía a afirmarlo.

–Sí lo estoy, Alessandro. Gracias por todo esto…Por estar aquí conmigo y a mi lado. –Le dedicó una sonrisa que para su sorpresa fue correspondida.

–No tienes que agradecer nada.copy right hot novel pub

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