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Destino Inevitable

LXXV. Advertencia.

Ella sintió arder sus mejillas, aquellos enigmáticos y profundos ojos avellana se encontraban clavados en los suyos, como si pudiera ver absolutamente todo a través de ella.

–Gracias...–Dijo en voz baja acariciando la flor que ahora yacía en su oreja, podía oler su aroma, y era tan fresca, pero ningún olor se podía comparar al que provenía del atractivo y seductor hombre que se encontraba en frente suya. Aurore desvió la mirada, podía sentir su mirada sobre ella.

–¿Cómo está nuestro bebé? ¿Tuviste algún malestar más? –Lo vio de nuevo y una sonrisa se formó en sus labios al oírlo, en su interior tenía a una vida creciendo poco a poco, fruto de su amor.

–No, estoy muy bien y él también... –Aurore acarició su vientre sonriendo.

Alessandro suspiró en silencio al ver cómo sus mejillas se teñían de ese rubor que lo descontrolaba haciéndole perder el control de sus impulsos y la cordura. Era increíble lo que podía provocar en él con sólo contemplarla, y ya no era su belleza, sino ver la transparencia e inocencia a través de aquellos zafiros, que podría admirar hasta que la luna apareciera. Su vista se deslizó hasta su vientre, el vestido blanco que llevaba le hacía ver tan hermosa y angelical, no demostraba su barriga por la caída campana de la parte inferior. Acortó la distancia y sus manos viajaron a su vientre, pudo sentir la forma de su barriga, sonrió genuinamente, cada día que pasaba parecía crecer más. Conectó la mirada de nuevo con Aurore que lo observaba con un poco de sombro por su repentino acercamiento.

–¿Por qué te pones vestidos holgados? ¿Quieres seguir escondiendo el embarazo? –La tenía demasiado cerca como para escuchar su respiración agitada.

–No es eso, simplemente me siento más cómoda. Supongo que llegará un momento en el que se notará de todas formas. –Ahora era ella la que lo veía fijamente a los ojos–. Pero hasta que ese momento no llegue seguiré vistiéndome así. Por ejemplo, hubiera sido un problema si esa mujer se llegara a enterar de que estoy esperando un hijo tuyo cuando estuvo aquí, probablemente se volvería loca.

–¿De qué mujer hablas?

–Sabes de quién hablo, Alessandro. ¿No hablaste con Ornald o tus hombres?

–No, vine directamente a verte. –Aurore entreabrió los labios a punto de decir algo pero sólo salió un suspiro cansado, desvió la vista a sus manos que aún se encontraban sobre su barriga acariciándola.

–Hablo de la mujer que dice ser tu dueña. –Sin poder evitarlo su voz sonó a puro reclamo de mujer celosa—. Me dijo que teníais una pasión indescriptible y un amor que jamás será destruido, y por supuesto que yo sobro en esa relación. Eliza, creo recordar que se llama. –Dijo lo último con evidente sarcasmo.

–¿Estuvo aquí?

–Hace unas horas.

–¿Te hizo algo? ¿Se atrevió a lastimarte? –Admiró cómo su quijada se tensó.

–No...–Aurore sintió cierta culpa al recordar el incidente con Peter.

–Aurore...–Dijo demandante.

–Lo intentó, pero no lo consiguió. En realidad fue ella la que resultó lastimada, Peter se avalanceó sobre ella y le ocasionó una herida en el brazo. –Lo vio tensarse más, las venas en su cuello parecían palpitar de la evidente rabia que cargaban.

–¿Le creíste?

Su atención se centró en ella esperando una respuesta, pero se mantuvo en silencio mirándolo con fijeza. Sólo se escuchaban sus evidentes respiraciones nerviosas, estuvo a punto de contestar cuando el teléfono de Aurore la interrumpió. Ahora que lo revisaba tenía numerosos mensajes de Ámbar y llamadas perdidas, ¿cómo no se había enterado? Contestó rápidamente y pudo escuchar a su amiga sollozar.

ߓ⠁urore...–Empezó a llorar haciendo que su preocupación creciera.

ߓჁmbar, ¿qué sucede? –Preguntó apresurada, su amiga sólo se dedicaba a desahogarse, era evidente que no podía hablar–. Dime qué fue lo que ocurrió.

–¿Qué pasa? –Preguntó Alessandro acercándose.

–No lo sé, no me contesta...

ߓ⠁urore, fue horrible...–Susurró con la voz entrecortada, escuchaba ruido de fondo de lo que parecían ser camillas y personas pasando.

ߓႿEstás en un hospital?

ߓ⠓í, estoy en urgencias, me van a atender ahora.

ߓႿAtender? Por el amor de dios, ¿qué fue lo que sucedió?

ߓ⠔e necesito, Aurore. Estoy muy asustada, tengo mucho miedo de lo que ese desquiciado puede ser capaz de hacerte.

ߓႿEn qué hospital estás?

ߓ⠅n el que se encuentra en el centro.

ߓᖯy para allá ahora mismo.

ߓ⠁urore...–Sollozó y tosió varias veces–. No vengas sola te lo suplico, ven acompañada de Alessandro.

ߓᅳtá bien...–No tardó en colgar cuando clavó su mirada con desespero en aquellos ojos que la miraban con atención.

–Alessandro, necesito que vengas conmigo. –Se apresuró a decir casi tartamudeando.

–¿Qué sucede? –Se acercó a ella hasta quedar a escasos centímetros para tomarla por el rostro con las dos manos, notó el temblor que provenía de su cuerpo.

–No sé...ella.copy right hot novel pub

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