Capítulo 573
Violeta vio el ceño fruncido de él y no pudo evitar sentirse protegida y con una sonrisa contenida respondió “¡De
acuerdo!”
Tomados de la mano, entraron a la villa, donde Nono ya había sido recibido hace un rato. La mesa del salón estaba repleta de golosinas, y en ese momento, la pequeña figura de Nono casi se perdía en un mar de juguetes, mientras que Sebastián, con su usual rostro serio, mostraba una rara sonrisa llena de cariño.
Al escuchar el informe del sirviente y ver a los dos entrar, Sebastián se levantó del sofá.
Después de barrer con la mirada a cada uno, finalmente se posó en Violeta.
“¡Tú, ven conmigo arriba!” dijo con severidad.
Sin esperar respuesta, Sebastián fue el primero en dirigirse hacia la salida del salón.
Rafael, al oír esto, inmediatamente frunció el ceño, “¡Papá!”
“¡Abuelo!” Incluso Nono dejó de jugar con sus juguetes.
Viendo que tanto el padre como el hijo lo miraban con recelo, Sebastián se irritó y preguntó con enojo, “¿Qué miran? ¡No voy a comérmela!”
Con el orgullo herido, Sebastián miró fijamente a Violeta, “¿Vienes o no?”
Violeta, incómoda, apaciguó suavemente de Rafael, quien parecía estar a punto de protestar, y dijo en voz baja, “No te preocupes, volveré enseguida.”
“Vivi, si pasa algo, ¡llámame!” Rafael, incapaz de resistirse, permaneció con la cara atada
“¡Y avísame a mí!” Nono también se sumó al grupo.
Al ver la preocupación en sus rostros, Sebastián sintió una opresión en el pecho. Decidido a no ver más, se giró y subió las escaleras con paso firme.
En el estudio, Sebastián y Violeta se sentaron frente a frente, separados por el escritorio.
Durante unos momentos no hubo palabras, ambos con las manos sobre las rodillas, ella no sabía cómo empezar y se limitó a esperar con la boca cerrada.
Pasados un par de minutos, Sebastián carraspeó, rompiendo el silencio, “Lo siento mucho por lo que pasó con Nono hace cuatro años. Te he llamado aquí hoy porque quise disculparme de nuevo, ¡lo siento!”
“Sebastián…” Violeta estaba sorprendida.
No esperaba que él trajera a colación el pasado de esa manera. Aunque Sebastián ya se había disculpado en el hospital, e incluso había hecho una reverencia, no fue tan sincero como ahora. Ella podía sentir su remordimiento en cada palabra.
“En aquel entonces pensé que te habías ido con otro hombre al extranjero, así que decidí que debía recuperar a mi nieto.copy right hot novel pub