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El corazón de Señor Peréz

Capítulo 339: Iba en serio esa vez

Angelo pensó que, si el asunto se explicaba claramente, incluso si Senda no pudiera aceptarlo todo de una vez, al menos, ya no estaría tan enojado.

Aunque, según la intención de Mauren, no quería volver con Senda.

De hecho, Angelo entendía las preocupaciones de la chica. Ella no quería que algo similar volviera a suceder, ni quería que Senda siempre estuviera peligrando su vida por ella.

Miró al hombre y dijo con sinceridad, -En realidad, desde siempre has sido tú la persona que le gusta. Incluso si ella prometió salir conmigo, quien está en su corazón nunca ha cambiado.-

-Senda, ella sabes que no es lo suficientemente fuerte como para estar a tu lado. Casi perdías tu vida por ella una y otra vez. Entonces, una mujer como ella, ¿qué valor tendría para volver contigo?-

-Lo único que puede hacer es mantenerse alejada de ti. De lo contrario, no puede pensar en una mejor manera de que te alejes del peligro.-

Senda estaba fumando un cigarrillo lentamente, y mirándolo a los ojos no se le podía percibir ningún cambio cuando escuchaba sus palabras.

Angelo no tenía ni idea en lo que estaba pensando.

¡Senda ya no era como antes, se había convertido más indiferente, más serio y más difícil de acercarse!

-Senda...-

-¿Terminaste de hablar?- El otro hombre se quitó el hollín de las yemas de los dedos, y su sonrisa enigmática incomodaba a la gente.

-¿Tú ... no quieres creerlo?- Angelo cambió de cara y se enojó, -¡Si no me crees, puedes ir al hospital para revisar los registros! Allí encontrarás si fue ella quien pidió a voluntad propia que realizaran el aborto o fue un aborto natural de emergencia. En el hospital está claramente registrado.

Los ojos de Rocío y Erasto se posaron en Senda, si ese asunto fue solo un malentendido...

Pero, ¿qué pasaba con Angelo? ¡No era su forma de actuar el hecho de rebajarse por una mujer!

¡Su afecto hacia Mauren había llegado demasiado lejos!

Incluso cuanto más sumiso se comportaba por ella, más perturbados se volvían Rocío y Erasto.

Una mujer y dos hombres, ese triángulo amoroso, daba igual cómo terminase nunca sería perfecto.

Ya sea Senda o Angelo, no eran el tipo de persona que se enamoraba de alguien fácilmente.

Una vez que se enamorasen, era muy difícil de terminar ese sentimiento.

Senda presionó la colilla del cigarrillo en el cenicero, cogió la copa y tomó un sorbo de ella.copy right hot novel pub

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