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El corazón de Señor Peréz

Capítulo 340: Dije que os enviaría al infierno

Durante dos horas, no hubo comunicación en todo el proceso.

Ella se abstuvo desde el principio, pero luego dejó escapar un grito de desesperación.

Las manos del hombre siempre estaban en su cintura, excepto por su interés en su cuerpo, parecía no importarle nada de la chica como persona.

Ni siquiera le dio un beso.

Después de que se calmara el ambiente, Mauren estaba jadeando y miró al hombre que se levantaba de su cuerpo diciendo con una voz afónica, -¿Es suficiente?-

Senda la ignoró, sus movimientos para vestirse eran lentos, y excepto por la respiración acelerada y el sudor en su rostro, todo su alrededor se volvía más frío.

La locura y la emoción que había antes ya no había rastro de ella.

Senda, con la ropa puesta, volvía a ser un joven señorito bien vestido.

El cigarrillo que encendió casualmente emprendió una luz en la penumbra.

-¿Cómo diablos estarías dispuesto a dejarme ir?-

Ya lo había hecho, ¿pero no era suficiente?

Senda seguía sin responderle. ¡Mauren ya no podía seguir fingiendo estar tranquila!

-¡Senda! ¿Qué quieres hacer?-

Esos días de abuso, ¿iban a ser interminables?

¡No podía aguantarlo más!

Senda se apoyó contra la puerta del coche mirándola, y su rostro frío no mostraba rastro de afecto.

-Adivina.-

¡Otra vez diciendo lo mismo! ¡Realmente quería matarla!

Ese cuerpo que acababa de ser intimidado todavía estaba presente frente al hombre, y estaba lleno de sus marcas.

De repente, el chico sonrió y sus largos dedos pasaron sobre su cintura.

Mauren tembló inconscientemente antes de recordar lo avergonzada que estaba en ese momento.

Quería esconder su cuerpo, pero sus manos todavía estaban atadas por encima de su cabeza, por eso ella no podía esconderlo de ninguna manera.

“¡No me mires con esos ojos, no me intimides más!”

“¿Qué es lo que he hecho mal?”

-¡Qué es lo que quieres, te lo compensaré o te lo pagaré! ¡No... no vuelvas a hacer esto!-

Siendo mirada directamente por él, como si estuviera mirando a un juguete. Esa forma de humillación hizo que ella se colapsara por completo.

-Senda, ¿qué es lo que quieres?-

-Nunca escondo lo que quiero.- ¿Era necesario hacer una pregunta tan simple?

Esa chica, después de experimentar con otros hombres, ¿seguía sin entenderlo?

¡Vaya! ¡Qué ingenua!

-Yo no aborté a nuestro hijo, lo que pasó fue un accidente... ¡uhm!-

Se puso tensa cuando el hombre le agarró por el cuello.

-¡No menciones esto delante de mí! Mauren, cualquier mentira no funcionará conmigo. Dije que os enviaría al infierno. ¿Crees que no lo decía en serio?-

Se quedó sin habla, porque no podía en absoluto.copy right hot novel pub

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