Hedi fue el único que recogió a Mauren de Grupo Atenas.
Hoy, Senda no estaba aquí y el Pabellón de Río tampoco tenía invitados.
Sin embargo, cuando los sirvientes vieron a Hedi traer de vuelta a Mauren, todos se quedaron estupefactos, completamente inconscientes de lo que sucedió.
Después de todo, regresó con su equipaje y parecía que iba a vivir aquí por mucho tiempo.
Mauren permaneció igual que antes, asintiendo y sonriendo hacia los sirvientes.
Después de eso, con la ayuda de Hedi, se le pidió al sirviente que moviera el equipaje al segundo piso.
El lugar donde viviría siguió siendo su habitación original.
Pensó que había estado fuera por tanto tiempo, y esta habitación probablemente estaba ocupada por Bita.
Sin embargo, Mauren no emitió ninguna pregunta sobre estos.
Como si volviera a vivir por un tiempo, y en cuanto al asunto de Bita, no tuviera nada que ver con ella.
-Señorita Mauren, el señor Senda regresó hoy a la familia Pérez, y puede que regrese muy tarde.-
-¿No vas a ayudarlo?- Mauren dejó el cuaderno sobre la mesa y lo abrió, sin mirarlo.
-Me voy ahora, señorita Mauren, ya he dicho a los sirvientes. Si necesitas algo, puedes ir directamente a ellos.-
Hedi temía que cuando Bita estaba aquí durante tanto tiempo, los corazones de los sirvientes ya se hubiera vuelto hacia ella.
Se preguntó si Mauren sufriría al regresar.
Por lo tanto, confesó específicamente a todos que Mauren era una invitada distinguida del señor Senda, y que nadie pudiera darle la más mínima mala expresión.
Los sirvientes habían sido engañados por él por el momento, pero en el Pabellón de Río, el que pudiera ganarse el favor del señor Senda era el que todos quisieran complacer.
Por lo tanto, el tipo de vida que Mauren podría vivir en el Pabellón de Río en el futuro aún dependía de Senda.
-Ya veo, puedo vivir bien sola.-
Mauren finalmente volvió la cabeza y lo miró, -Hedi, gracias.-
Este agradecimiento era sincero.
Hedi la trataba con benevolencia y rectitud.
Cuando Senda le pidió a Hedi que llamara a la policía, dudó. De hecho, al final, no fue Hedi quien llamó a la policía.
Hedi asintió con la cabeza, y después de despedirse de ella, se volvió y caminó hacia la puerta.
Hoy Hedi se veía un poco demacrado, con las orejas como si no hubiera dormido en toda la noche.
En el momento en que salió, Mauren dijo a la ligera, -Ella no está en peligro por el momento, pero, el médico dijo que no sabe cuándo podrá despertar.-
Hedi se sorprendió y la miró abruptamente.
Mauren ya estaba mirando el cuaderno, tocando ligeramente el teclado con sus delgados dedos.
-En el futuro, puedes ir al hospital y preguntarle sobre su estado por tu cuenta, solo dices que es una amiga, no hay necesidad de preguntar en secreto.-
-Sí.copy right hot novel pub