Bita estaba tan enfadada, pensando, “¿Qué está diciendo esta mujer? ¿De qué está hablando? ¡Ella realmente dijo que Senda es suyo! ¡Qué vergüenza! ¿Quién es ella para decir eso, una mujer que fue abandonada y expulsada?”
-Senda...- ella dijo y tratando de seguirle.
Pero Senda claramente todavía llevaba una persona, y sorprendentemente, incluso podía caminar tan rápido.
Cuando Bita le persiguió hasta el segundo piso, Senda ya había llevado a Mauren a la habitación.
Debido a que la puerta de la habitación se cerró de golpe, se convirtieron en dos mundos completamente la fuera y el interior.
Sin inmutarse, Bita quiso llamar a la puerta, pero no tuvo valor.
La mayor parte del tiempo, Senda la perdonaba, y ella sabía que todo se debía a lo que la abuela muerta le había confiado en su lecho de muerte.
Pero a veces, algunas cosas que ni siquiera ella podía hacer.
Como ahora, por ejemplo.
Bita podía sentir obviamente que, si iba a interrumpir, Senda se enfadaría mucho, o incluso, ¡la odiaría!
Bita se paró frente a la puerta, pero la habitación estaba demasiado bien insonorizada. Mientras la gente de dentro no hablara en voz alta, no tenía ni idea de lo que decían o hacían.
-Señorita Bita, ¿pasa algo?- Hedi volvió a aparecer.
¡Bita realmente odiaba a este hombre! Cada vez que estaba en la puerta de Senda, él aparecía como un fantasma en cualquier momento.
¡Su único propósito al aparecer era expulsarla!
"¡Este maldito bastardo! ¡Es claramente el lacayo de Mauren!"
Bita se mordió el labio y apretó el puño, con furia llena en el corazón.
Finalmente, al pasar junto a Hedi, ella no pudo resistirse y le lanzó un puñetazo.
¡Estaba realmente cabreada! "¿Por qué? ¿ Por qué demonios esto?"
Vivía aquí desde hacía dos meses y casi nunca entraba la habitación de Senda,.
Incluso cada vez que ella entraba, era "invitada" a salir por Senda poco después.
Ella nunca se había quedado mucho tiempo en su habitación, ¡y mucho menos durante la noche!
¡Nunca!
Hedi ni siquiera se tomó en serio la golpe. En cambio, fue la propia Bita, quien accidentalmente se tocó la herida del brazo. El dolor que le atravesó el brazo le hizo hacer una mueca de dolor y apenas pudo contener las lágrimas.
Hedi se encogió de hombros y extendió las manos con una mirada inocente.
-Señorita Bita, yo no te toqué, no me acuses falsamente de haberlo hecho yo.-
Sus palabras tenían otro significado, y lo entendió Bita.
Este bastardo, que no creía que Mauren la haría daño en absoluto, estaba insinuando que ella había inculpado a Mauren.copy right hot novel pub