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El corazón de Señor Peréz

Capítulo 372: ¡Bastó con confiar en ella!

Senda siguió comiendo, ignorando las palabras de Mauren.

Mauren se mordió el labio, y de comienzo a fin no quería rendirse.

-Senda, ha dicho que la abuela era la persona más respetada, ¿en serio no quieres saber…?-

-Parece que ya estás llena.-

El hombre finalmente abrió la boca, pero la mirada no fijó en ella de principio a fin.

A Mauren le dolía el corazón, de repente, se sentía triste por dentro.

En la familia Pérez, no podía confiar en nadie.

Victor no iba a permitir recavar el lago de nuevo.

Senda, ¡era su única esperanza!

-Señor Senda, la muerte de la abuela no está clara, ¡tienes el deber darle la justicia!-

Senda dejó los palillos, con la cara un poco desagrada, -Cuando se produjo el accidente, en la escena, ¿no estaba allí sola?-

Mauren se puso pasmada, ¿qué quería decir con eso?

¿Todavía no le creía hasta ese momento? ¿Y le parecía que este asunto tenía relación con ella?

-¡No soy yo!- Apretó el mantel bordado, con las yemas de dedos temblando ligeramente, -Si no lo crees, deja que la gente recave ese lago...-

-Ya que has terminado, sube a ducharte y espérame.

-Senda...-

-Llévala subir.- Las palabras de Senda se trataron de una orden absoluto allí.

Para no hacerlo más enojado, Hedi inmediatamente dejó los palillos, y caminó frente a Mauren.

-Bueno, señorita, por favor subes las escaleras.-

Mauren vio fijamente a los ojos de Senda sin oleadas.

Ella todavía no quería rendirse. ¿Él realmente no quería saber lo que había pasado?

¿O simplemente creía que ella lo hizo?

-Senda...-

-¡Bueno, señorita, te llevaré arriba!-

Hedi acentuó las palabras, y tenía miedo de que Senda se enojara si ella siguió asediarlo.

El temperamento de Senda en ese momento no era algo que Mauren pueda soportar.

-¡Por favor, no me desmayes!- dijo Hedi en tono enfático.

Mauren se mordió el labio, finalmente se puso de pie y se fue.

...Esa noche Senda regresó a habitación a las diez y pico.

Tan pronto como se duchó, la tiró en la cama.

Ella estaba acostada en la cama sin resistencia, pero, aún así, todavía no se dio por vencido.

-¿Por qué no quieres probarlo? ¡Era tu abuela favorita!-

El hombre detrás de ella no tenía ningunas palabras, y al azar, se quitó el albornoz y lo tiró al lado de la silla.

Mauren se apretó los dientes y soportó en silencio la devastación de Senda como una tormenta.

Pero esta noche estaba más terrible que nunca, y la fuerza que cayó sobre ella casi la destruyó.

Finalmente, cuando no pudo soportarlo, gritó roncamente, -¿Por qué...-

Nadie le dijo por qué.copy right hot novel pub

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