-¡Abuelo!-
Mauren se despertó bruscamente.
Ahora fue a las doce de la noche.
El abuelo todavía no volvió y Emiliano López tampoco estuvo en casa. Todas las personas se fueron en búsqueda del abuelo.
Bita y Senda tampoco estaba aquí, además de Guadalupe.
Todas las personas parecían desaparecer por completo.
Ya durmió dos horas y no podía caer en el sueño de nuevo. Mauren tiró la manta y se levantó.
Miró el móvil sobre la mesilla.
Después del asunto, ella no le llamó, mientras tanto él tampoco le envió ni un mensaje.
Ella sabía claramente, que él no tenía ganas de hablar con ella aun cuando ella le llamara.
A causa de que lo que q él le importaba más ahora fue Bita.
Por lo demás, si él y Bita planearon algo en privado, nadie lo sabía.
Sin embargo, si no acudió a él, ella no supo quién podía ayudarle.
Por eso, sacó su móvil y encontró los números familiares, y se preparó para tomarlos con su dedo.
Pero, volvió a vacilar.
Después de pensar mucho, en fin decidió que le llamó primero a Emiliano, -Hermano Emiliano, ¿cómo está la situación?-
-Todavía no hay noticias. Pero no te preocupes, porque Bita no se atreve a perjudicar al abuelo y mis subordinados están buscándolo.-
Que Mauren no se preocupara, fue totalmente imposible.
Sin embargo, Emiliano no recibió nada noticia. Aun cuando Mauren estaba muy ansiosa, fue inútil.
Colgó la llamada, tomó el móvil y encontró eso número.
No sabía cuánto tiempo pasó. Por fin tomó la decisión y llamó eso número.
Solo sonó un rato y luego la respondió, -¿Qué pasa?-
La voz baja, pero clara, sin sueño alguno.
Ya fueron a las doce de la noche. ¿Él aún estaba trabajando?
-¿Senda, hoy siempre ha estado con Bita?-
Mauren hizo todo lo posible por dejar su voz tranquila, pero su palma ya había sudado levemente.
-Sí.- Su respuesta, tuvo sus caracteres personales. Fue tan baja que nadie podía acertar en su pensamiento.
-Entonces, ¿dónde está ella ahora?-
-No lo sé.-
Mauren no sabía que esa frase de Senda, “no lo sé”, fue realmente no saber, o meramente no querer contestárselo.
Sin embargo, inexplicablemente, pensaba que debía creer en él.
Quizá él tratase de ella de una manera mala, por lo menos, él se desdeñaba de decirle mentiras.
-Entonces, a la hora de despedirse, ¿si ella le dijo qué haría luego?-
-Tampoco.- Aún fue una respuesta sencilla. Y luego, fue un largo silencio.
Mauren no podía encontrar más remedio. Él le dijo “no” fue realmente no. Fue imposible que adquiriera más información.
-Entonces…-
-¿Dónde estás ahora?- Eso fue la primera frase que Senda le habló esa noche con iniciativa.copy right hot novel pub