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El Secreto de Ismael

Capítulo 76: Buena bofetada

¡¿Señor…señor Gustavo?!

Todos se quedaron con la boca abierta.

¡Llegó el señor Gustavo!

Le dieron un camino voluntariamente para que entrase con sus subordinados.

Ian se encontró sorprendido. Volvió la cabeza y vio que era realmente el señor Gustavo. Se precipitó a recibirlo con una risa halagadora. Dijo inclinándose - Señor Gustavo, ¿por qué vienes? -

¡Pum!

Gustavo le abofeteó en la cara y bramó con los ojos enojados -¡¿Qué estás haciendo?! -

La bofetada le hizo asombroso a Ian.

Todos se quedaron sin aliento.

Era el señor Gustavo de verdad. La autoridad y la crueldad de esa bofetada asustaron a cada uno.

Era realmente uno de los cuatro poderosos. Gustavo Morillo.

Nadie podía negar su majestad.

No obstante, Ian no tenía el valor de quejarse. Contestó con todo respeto -Señor Gustavo. Ese mocoso maltrató a mi hermana. Fui a darle una lección. -

No entendió porque llegó el señor Gustavo y le dio una bofetada al acudir.

¿Acaso lo ofendió?

No pudo ser.

No había cometido errores recientemente.

-¿Una lección? Eres cada vez más fanfarrón, ¿que te atreves a llevar a los subordinados a la empresa ajena para hacer ostentación? - Hosco, Gustavo le dijo con las cejas de frialdad. Dio una mirada silenciosamente a Ismael.

Minutos antes recibió el mensaje de Ismael que le preguntó si conocía a Ian Quesada.

Ian era estúpido que quería pegar al señor Ismael. ¡Qué arrogante era!

A pesar de eso, requirió que no hiciese público, por lo tanto, Gustavo y Ismael solamente se miraron y se asintieron ligera y mutuamente sin que otros se diesen cuenta.

Luego, Gustavo dijo en voz baja - Tenéis conflicto. Vale. ¡Seguidme!-

Al decir eso, se metió derechamente en la oficina lateral.

Los matones en traje negro que vinieron junto con Gustavo desfilaron al frente de la oficina para detener que se acercasen.

Se bajó la cortina. La multitud fue separada fuera a un metro.

-Entrad los dos. - Se oyó la voz de Gustavo en la oficina.

Ismael iba a entrar, pero Helena estaba preocupada mucho por él y cogió su brazo. Movió la cabeza diciéndole -No entres…-

Ismael sonrió, le dio una palmada muy suave a su mano, y dijo - No pasa nada. -

Al otro lado, Ian rio fríamente - Ismael. Llegarás a tu fin. ¡El señor te va a castigar en persona! -

Soltando el cuello de la ropa, Ian entró a grandes pasos como si se creyese superior a todos.

Lola, que estaba al lado de Ian, dijo con los brazos cruzados sobre el pecho -Helena.copy right hot novel pub

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