Clarie y yo estábamos gritando, agarradas la una de la otra, mirando semejante espectáculo que estaba frente a nosotras. Pero, en cuánto los lobos escucharon nuestro grito voltearon a ver y de repente se detuvieron. Dejé de gritar, pero Clarie seguía, así que de inmediato le cubrí la boca con mi mano. Los lobos se miraban cansados, jadeaban y nos quedaban viendo con sus ceños fruncidos.
El silencio era obvio, estábamos paralizadas de miedo, incluso respirar me era muy difícil, esos lobos estaban peleando y ahora se quitaran la furia con nosotras, lo sé, seremos la cena. Observé a ese lobo negro a quién ya conocía, es el mío, el que me defiende siempre, Oh Dios, tal vez y tenga suerte hoy y no nos hacen nada.
—Caro, —susurró Clarie en mi oído con dificultad.
—No. Hables. —susurré también, despacio.
El otro lobo color café se quiso acercar a nosotras pero de inmediato el lobo negro le gruñó tan fuerte que el otro lobo se quedó quieto, pero no para obedecerle, sino para encararlo, otra vez. Era una guerra de miradas entre ellos, cualquiera diría que se están comunicando.
—Corramos al auto. —volvió a susurrar Clarie.
No es mala idea, esos lobos están concentrados en hacer qué se yo, tal vez sus problemas son mas importantes que comerse a dos chicas flacuchentas.
—Está bien. —asentí— retrocedamos despacio. —le dije, empezando a caminar lento.
Grave error.
Los dos al mismo tiempo gruñeron, haciendo que nos detengamos en seco. El lobo negro caminó hacia nosotras a paso decidido, me aferré más a Clarie. Él llegó y se posicionó frente a nosotras, bueno en realidad a la que miraba era a mí, su mirada era penetrante, oscura, como siempre; pero hoy lo era aún más.
—Déjanos ir. —susurré, porque a veces parece escucharme y lo hace.
Luego le tendré que explicar a Clarie.
Me dió una última mirada y un último gruñido para dar la vuelta e irse corriendo.
Uno menos.
El otro lobo café nos quedó viendo, pero no estaba enojado, hizo sus orejas para atrás que hasta ternura me dió, para después irse por donde se fue el otro, dejándonos así solas. Por fín.
Clarie y yo nos miramos y salimos corriendo hacia nuestros autos. Al llegar, nos adentramos al coche y Clarie arrancó lo más rápido que pudo, incluso ni había cerrado mi puerta. Esta chica me va a salir matando.
—Clarie, —renegué.
—Lo siento, —musitó ella de inmediato. —Eso fue horrible, Díos mío, pensé que no saldríamos vivas.
Masajeé mi sien, como siempre suelo hacerlo cuando estoy bajo presión.
—Lo sé.
Pero por tanto alboroto me olvidé de Caleb... Y Lanor.
Miré a Clarie de inmediato.
—Clarie, Caleb y Lanor. —le dije. —¿Dónde están?
—Tranquila, estoy segura que están mucho mejor que nosotras. —respondió—Esos chicos han vivido aquí toda su vida, es obvio que saben cómo defenderse. Incluso deben de tener un escondite por ahí.
Fruncí el ceño. Eso es ridículo, y tonto, bueno, conociendo a Caleb lo dudo.copy right hot novel pub