Empecé a sacar alguna ropa de mi ropero, tenía la maleta abierta, lista para acomodar mis cosas. No puedo creer que mamá haya decidido irse. Ahora. Así. Ni siquiera me dió unos días sino que dijo que mañana, creo que solo lo dijo por la desesperación. Espero que Frank la convenza de lo contrario, no me quiero ir. Tomé la foto que estaba en mi mesita de noche, en donde salía Caleb y Scott.
Caleb.
No entiendo porqué no puedo estar mucho tiempo enojada con él, es un vínculo muy raro y fuerte que tengo hacia él. Nunca antes me había sentido así. Con nadie. Mamá ahorita salió al pueblo con Frank, al principio no quería ir, solo la pude convencer con que dejara la puerta asegurada, sin salir, sin que nadie entre.
Dejé la foto en su lugar y abrí el cajón, sacando algunas pinturas que tenía allí guardadas, tenía un labial que se llamaba Color rosa mate. La mente se me abrió en ese momento, Mate, yo ya había escuchado esa palabra antes, pero ¿dónde? Empecé a hacer memoria, sí, cuando estuve en la casa de Caleb, el papá dijo que yo era su mate, su otra mitad, me imagino que lo dijo en un aspecto del que estábamos hecho el uno para el otro, como decir el amor de mi vida. Se escucha algo cursi pero pues así es. O espero que sea eso. De todas formas no estaría mal averiguar.
Me senté en la cama y abrí mi computador. Entré a Google y tecleé la palabra Mate. Rápidamente le di en buscar, aparecieron varios resultados, pero cerré la laptop de golpe al escuchar un ruido en la planta baja. ¿Será que volvió mamá? Bajé rápidamente y busqué por todas partes, me asomé afuera y no estaba el coche de Frank ¿me estarán asustando?
Calmate, Katalina. Inhala, exhala. Es solo tu imaginación.
Di media vuelta para volver a mi cuarto, pero me detuve en seco al tener una silueta frente a mí.
Caleb.
—Rayos, tienes que dejar de hacer eso. —murmuré, llevándome una mano al pecho.
Estaba serio.
Frunci el ceño.
—¿Qué? —espeté. Yo también estaba enojada.
—Lo besaste. —dijo, con una voz fría.
Algo se me instaló en el pecho. ¿Lo besé? ¿Lanor?
—¿De qué estás hablando? —quise saber.
¿Lanor le dijo? No lo puedo creer.
—Solo quiero saber si es cierto. —volvió a decir, seco.
Ya qué. De todas formas ya le dijo Lanor que, por cierto, me va a escuchar. De nada sirve ocultarle cosas si él siempre se da cuenta, ni siquiera sé cómo le hace.
—Está bien. —asentí, relajando los hombros. —Lanor me besó.
Bajé la mirada, avergonzada. ¿Qué pasará ahora? ¿terminamos? Si es así, pues acepto que mañana mismo nos vayamos de aquí. Está bien, yo también terminaría con alguien si me doy cuenta que besó a otra chica, andando conmigo. Aunque duela, tengo que aceptarlo. No me gusta rogar.
—¡Es un imbécil! —exclamó, exasperado. —¡Entonces era verdad que él te había besado! —se tiró de sus cabellos.
Asentí.
—¿Él te lo dijo? —quise saber, aún sin mirarlo.
Escuché que resopló, se nota que se está reteniendo para no hacer ninguna locura.
—Sí. -1vino hacia mí y elevó mi barbilla con su dedo índice. Pero mis ojos estaban en otro lado, menos en él. —Mírame. —ordenó. No lo hice. —Katalina.
Respiré profundo y lo miré. Tenía los ojos rojos y se miraba cansado.
—Lo siento. —es lo mínimo que pude decir.
—No es tu culpa. —susurró, sorprendiéndome. —Ese imbécil fue el que te besó. Pero también me dijo que tú no le correspondiste el beso.
Elevé mis cejas. ¿También le había dicho eso?
—En todo caso la culpa es de él. Por eso recibió su merecido. —espetó entre dientes.copy right hot novel pub