Vale, esto que dijo sí me tomó por sorpresa, en el fondo esperaba que la maldita respuesta fuera no, que solo uno u otro animal nada más, pero ahí está, diciéndome que sí ha asesinando gente, que quizá esa gente ha sido inocente.
—¿Cuántas? —pregunté.
Él me iba a responder, pero el ruido de la puerta principal lo impidió.
—¡Katalina, llegué! —gritó mamá desde abajo.
—Creo que platicaremos otro día. —dijo él, buscando la salida.
Lo seguí.
—Esto no va a quedar así ¿entiendes? Me vas a tener que contar todo, esta vez te has salvado pero mañana no. —le dije, mientras bajábamos las escaleras en busca de mi mamá.
Estaba dejando su bolso en la mesa y buscando algo, al levantar la vista sonrió.
—¡Caleb, tanto tiempo sin verte! —se acercó y lo abrazó.—Me tenías abandonada, hijo, eso no se hace.—se separó de él y, cuando pensé que me iba a abrazar a mí, estiré los brazos en su dirección pero los bajé rápidamente disimulando al ver que regresó a lo que estaba.
Eso dolió mamá.
Pude escuchar una risita por parte de Caleb, lo fulminé con la mirada. Qué pena, Dios mío, ignorada por mi propia mamá.
—Lo siento, señora, pero al parecer a su hija ya no le gusta verme por aquí —mintió él, cruzándose de brazos.
En realidad no era mentira.
—No es cierto —mentí también. Mamá me dio una mirada como reprochándome, mientras seguía buscando algo en su bolso desesperadamente.
—Katalina, no seas grosera con Calebsito que bastante nos ha ayudado. Es más, él es el que te hace compañía cuando te quedas sola en esta enorme casa. A veces yo me preocupo pero luego recuerdo que estás con Caleb y se me pasa —me miró—. Y más cuando me contaste de esos lobos.
Le hice seña que se callara. Ésta señora.
—¿Lobos? —preguntó Caleb—¿Qué más le contaron?.
—Nada. —me apresuré a decir. —Má, ¿qué tanto buscas? —cambié de tema.
—Las llaves, hijita, no las encuentro, estoy segura de que las tenía aquí. —respondió—Por cierto, ¿porqué has dejado la puerta abierta? Sabes que es peligroso y ahora más porque no sé si las llaves han caído en manos de un desconocido. O maleante.
Mamá ha perdido las llaves.
Piper me ha amenazado hoy en hacerle daño si no nos vamos de aquí.
¿Casualidad? No lo creo. Miré a Caleb, tenía la misma expresión que yo.
—Me rindo, mejor cambiaré la cerradura. —dejó de buscar en su bolso y se dirigió a la cocina.copy right hot novel pub