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En las manos del presidente

Capítulo 29

Las semanas pasaron y la tensión en el matrimonio de Ian y Rachel era más que evidente. La omega cumplió con su amenaza de quedarse en la habitación de sus hijos, mientras que el alfa ni siquiera podía dormir.

Prefería quedarse en el palacio presidencial que ver como su esposa se cerraba cada día más. Ni siquiera le permitió que alguna de sus amigas fuera en su auxilio, ella debía de salir sola de ese hoyo que había creado a su alrededor.

Dejó salir un largo suspiro leyendo la carta de sus padres, y vio la foto de sus hijos. Estaba demasiado ocupado con todo como para ponerse feliz.

— Aquí tienes el informe que pediste — Zaid entró con más documentos —. Si deseas, puedes dejar esto aquí e irte a casa, tu esposa te necesita y lo único que haces es llenarte de papeles y problemas.

— Esto es mejor que estar con Rachel gritándome porque le quite a sus hijos — dejó caer su frente sobre la mesa —. Necesito un respiro.

— Ha pasado casi un mes desde que te llevaste a los niños, ya es tiempo suficiente para que ambos hagan las paces.

— Ella no lo ve de esa manera — murmuró —. Ve que es malo, que necesito un médico y cosas estúpidas que ni al caso, en este momento lo único que deseo es salir huyendo de todo, eso es todo.

— Ya no puedes echarte para atrás, no hay forma. Tus padres confían en que estás haciendo las cosas de la manera correcta, que no estás cometiendo errores, pero estás fracasando miserablemente.

— Lo sé — levantó la cabeza —. Rachel en estos últimos días ni me habla, no desayuna, come o me espera para cenar.

— Bueno, lo que te queda por hacer es dejar que todo fluya de manera más calmada, que ella vea que no estás tratando de que todo esté mal… sino que la estás protegiendo.

— Iré a casa ahora, tenemos que hablar y lamentablemente esto ya no puede seguir así.

— Entiendo — asintió, estando de acuerdo —. Dile que se venga a vivir al palacio, ¿Sí? — Ian lo miró sin estar del todo de acuerdo —. Es bueno que ambos estén aquí, de esa manera no levantaría sospechas sobre las personas que viven separados o que está ocurriendo un problema.

— Tienes razón, haré todo lo posible para que todo salga bien y que nos podamos mudar por un tiempo aquí, porque no me gusta estar con todas las cámaras encima.

— Es algo entendible — asintió, estando de acuerdo —. Ve con cuidado, y cualquier cosa avisame, por favor.

*****

Ian llegó a la casa, encontrando todas las luces encendidas y a los sirvientes salir como de costumbre. Le pareció extraño que todo estuviera tan tranquilo.

Entró, viendo cómo Rachel estaba caminando por la sala con una taza humeante.

— ¿Hola? — dejó las llaves en el lugar correspondiente —, ¿Cómo estas?

— Supongo que mejor que ayer — encogió los hombros —. Estoy muy feliz de verte.

— ¿Qué?

— Llamé al palacio, pero dijeron que ya habías salido hace una hora, por lo que supuse que sólo era cuestión de tiempo para que llegaras aquí si no te desviaras como las veces anteriores.

— Entiendo — se acercó a la omega, lentamente —, ¿Qué te hizo salir de la habitación de los niños?

— El hablar con mis amigas por teléfono — se sentó, frente al televisor —. Tienes razón, los niños están bien en donde están, por lo que yo no debo de estar preocupada por cosas absurdas.copy right hot novel pub

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