-¿Qué?
Xenia pensó que había escuchado mal, pero Simón realmente le estaba pidiendo que tomara dinero de Jorge?
Simón dijo suavemente, -Es su regalo para ti, la próxima vez que te dé dinero, lo tomas.
Xenia se quedó sin palabras. De repente sintió que Jorge había salvado a Simón como Jesús había salvado a Judas. Los dos estaban hablando cuando de repente llamaron a la puerta detrás de Xenia. Casi salta de alegría y se esconde por reflejo detrás de Simón.
Xenia se agachó a la espalda de Simón e inevitablemente le rascó algunas arrugas del traje. Para alguien tan limpio y obsesivo como Simón, si otra persona le hubiera hecho esto, se habría enfurecido.
Simón no sólo no se enfadó, sino que sintió una extraña sensación de satisfacción.
La persona que llamó a la puerta no obtuvo permiso para entrar, así que volvió a llamar. Inmediatamente después, los dos hombres de la sala escucharon la voz interrogante.
-¿Señor Simón?
-¡Es Giuliana! -advirtió Xenia en un susurro, y luego miró a su alrededor en busca de algún lugar donde esconderse. Finalmente, vio el escritorio de Simón y se apresuró a meterse debajo de él.
Simón se levantó y se frotó la frente con dolor de cabeza, con cara de impotencia.
-Pasa.
La puerta del despacho no se abrió hasta que Simón dio su permiso, y Giuliana entró con un sobre en la mano, y le resultó extraño ver a Simón de pie junto a la puerta.
-Señor Simón, ¿va a salir?
Dicho esto, Giuliana, como si presintiera algo, dejó caer su mirada hacia la chaqueta de su traje.
Giuliana volvió a pensar que había llamado durante mucho tiempo antes de que el señor Simón la dejara entrar. Pero no eran cosas de las que debiera preocuparse, así que Giuliana repartió lo que tenía en la mano.
-Señor Simón, el señor Jorge acaba de estar aquí.
La expresión de Simón era tranquila y no parecía sorprendido por sus palabras; parecía que ya conocía al señor Jorge.
Entonces Giuliana dijo enseguida, -Este es el sobre que dejó el señor Jorge, no sabía lo que había dentro y se lo traje.copy right hot novel pub