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Esposa falsa de Simón

Capítulo 856: El mío es tuyo

Su inesperada explicación hizo que la volviera a mirar Simón, con los ojos oscuros en los cuales no se veía nada su intención.

Luego Simón dijo en un tono serio, -No hace falta que me lo expliques.

Xenia lo miró a ojos descubiertos por un buen rato, y dijo, -¿No te enfadas por no hablarte contado lo de la familia?

A medida que caía la noche, las farolas se iluminaron gradualmente y la oscuridad empezó a dejar su profundo sombrío en el cielo.

Manejando el coche lentamente, Simón se mantuvo callado por mucho tiempo, -Me lo dirás cuando haga falta.

Después de un dominado silencio, Xenia confirmó que Simón no estaba enfadado, entonces suspiró profundo: “Al fin y al cabo, no es nada importante, no debería estar tan preocupada.”

No tardaron mucho en llegar al nuevo apartamento que le consiguió Simón. Con un ambiente tranquilo, estaba dotado de mejor seguridad, con la tarjeta para acceso a la entrada y la salida.

Con la maleta en una mano, Simón apretó la mano de Xenia con la otra, luego los dos subieron al sexto piso.

-En este piso sólo vives tú, así no habrá mucho ruido por la noche -dijo Simón.

Escuchando sus palabras, Xenia se quedó avergonzada pensando en lo ocurrido de aquella noche, murmurando -¿Sigues recordando lo que pasó esa noche?

-¿A qué noche te refieres? -preguntó Simón mientras abrió la puerta.

Contra las luces parpadeantes del sensor, el rostro de Simón se volvió completamente oscuro, y lo miró Xenia con la cabeza arriba, desde cuya perspectiva vio perfecto su perfil profundo con una hermosura medio borrosa.

Mientras Simón la miró confuso.

“Parece que no se recuerda de nada.” Pensó Xenia con un rostro aún más enrojecido, “¡Qué vergüenza! No debería decirlo.”

Bajo sus miradas confusas, Xenia explicó precipitada, -Nada importante, vamos entrando.

Al entrar al apartamento, Xenia descubrió todo equipado y limpio, con los muebles nuevos.

“Es un hombre fiable, que lo preparó todo bien.” Pensó Xenia tranquila y contenta.

Al frente de la puerta se quedaba un gran balcón, donde había muchas plantas y flores que llamaron la atención de Xenia, quien se las acercó y las olfateó.

Con el cabello largo suelto al lado de su hombro, Xenia le preguntó -¿Por qué las preparas?

Bajo las luces iluminadas, de su rostro brotó una ternura profunda y en la cual se quedó completamente naufragado Simón, que estaba inmóvil, mirándola con suavidad.

Cuando estaba en su apartamento, los había visto Simón, entonces los preparó según su gusto.

-Ven, te muestro la habitación.

Entonces lo siguió Xenia, hasta la alcoba.

-Duermes aquí. En el baño hay de todo con los artículos de tocador -dijo Simón.copy right hot novel pub

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