—Tú no te puedes ir con ella Xel, tú debes...—La voz de Clarisse salió desesperada y se acercó mucho mas a ellos. Gea aún seguía en el suelo tendida, se había aferrado al abrigo que su hermano tenía. Su cabeza la estaba matando y la sangre no paraba.
—Yo no te debo nada a ti Clarisse, no sigo las órdenes de nadie —La voz de él salió enojada, tenía suficiente con el hecho de tener que contenerse a aferrarse a su amiga y beberle hasta la última gota de sangre.
—¿Estás contenta verdad? —La pregunta fue dirigida a la chica que estaba tendida en el suelo, esta negó de inmediato forzando su cuerpo a sentarse, lo hizo a pesares quedando recostada en el pecho de Jake, se sentía cálido y a duras penas sentía como latía su corazón —Te puedes llevar a tu hermano detrás pero, ¿Por qué a Xel y a Gray?
—Yo no los estoy obligando a nada —Dijo esta, había sido la primera vez en esos minutos en los que había dicho algo lo cual era cierto y no debía porqué culparse.
—¿Qué hiciste, hum? ¿Te acostaste con ellos? —Las palabras de Clarisse hacían que cada segundo que pasara le diera más dolor a Gea en su corazón. Se sentía traicionada.
—No tengo porqué acostarme con un hombre para atarlo, Risse, ellos están a mi lado porque les di algo mejor. Tú y yo no somos iguales —Sus palabras habían salido con veneno, no las media, solo las dejaba salir —Vámonos de aquí —Soltó bajito, Jake la había escuchado y la ayudó a levantarse.
—Tus garras empezaron a salir —Dijo Eros a lo lejos y la mirada de ella se dirigió hasta él.
—¿No era ella tu deseo? —Dijo Clarisse con veneno. Jodida perra.
—Yo no tengo nada que ocultar alfa Eros, todo lo que tenga que decir lo diré —Una carcajada salió de los labios de la hermana del alfa.
—¿En serio no ocultas nada? —Preguntó incrédula.
—Cierra la boca Clarisse —Reprendió Xel enojado.
—Tú no eres nadie para darle órdenes a ella. Estás en peligro vampiro, es mejor que cierres la boca —Xel miró al gemelo de Gray con burla y luego de eso miró a Risse.
—¿No soy nadie? ¿Cómo lo sabes? —Preguntó con burla mirando a Ri. Esta por su parte se congeló y su sangre dejó de circular -Eso creí.
—Es hora de irnos —Dijo Gray, habló por segunda vez y Darwin caminó hasta él tratando de hacerlo estar a su lado.
—Tú no puedes irte Gray, nosotros somos tu familia. —Su voz había salido dura y sí, tenía razón. Aquella era su familia, había crecido con ellos y sus mejores momento había sido en aquella manada.
—Encontré una mejor.
—Soy tu hermano, somos iguales Gray, debes estar siempre conmigo. No puedes dejarnos, tú no puedes dejarme a mi, eres mi hermano mayor.copy right hot novel pub