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Jefe Atrevido: Amor Retardado

Capítulo 351

Después de una inmóvil observación, Erika suspiró profundo.

«Seguro que me llama por la noticia del Internet.»

No recibiendo la primera llamada, poco después le llegó la segunda.

Cerrando los ojos y respirando hondo, Erika se dirigió a sus padres,

—Con permiso, voy contestando la llamada.

Luego cogió el teléfono y sonrió,

—Hola, Lidia, ¿cómo estás? ¡Qué sorpresa recibir tu llamada! ¿Pasó algo?

Escuchando su tono tranquilo, Lidia se quedó sorprendida, luego contestó en voz baja,

—Tía Erika, ¿has leído la noticia?

«¡Lo sabía!»

—Todavía no, ¿pasó algo? —sonrió forzosa Erika.

—¿Tienes tiempo ahora? Me gustaría verte en persona y ahí hablaremos —dijo Lidia.

Después de una inmóvil reflexión, Erika dijo,

—Vale.

«Ahora no es el mejor momento de volver a mi casa porque ahí todo el mundo estará esperando a que me echen la cara.»

—Señor, por favor déjame bajar en la siguiente esquina —dijo Erika.

—¿Te está llamando la señorita Lidia Merazo? —preguntóSeñora Ibarra

—Sí, es ella —murmuró Erika.

—No te pongas en demasiado contacto con ella en una situación tan complicada como ahora —dijo Señora Ibarra suspirando.

Erika la miró con los ojos asombrados, pero aquélla no la miró sino clavó los ojos en el paisaje que pasó volando por la ventana.

Con los rumores extendidos tan rápido por el Internet, Erika se sentía muy ahogada, pero nada medida podría tomar para la solución. Los de la familia Icaza planeaba anunciar su divorcio con que no estaba de acuerdo la señora Diana, porque una vez publicado el divorcio, Erika y Alexander no podría volver a estar juntos. Con lo caprichosa que era Erika, le sería difícil volver a casarse con un hombre tan apacible y simpático como Alexander.

—A mí me cae mejor Lidia que es mucho más bella y educada que la Vanesa. ¡Una campesina! —dijo Erika con cierta impaciencia.

—¿Desde cuándo te toca a ti manejar el matrimonio de Santiago? Tiene su propio pensamiento y no te metas más en sus asuntos personales —dijo Señor Ibarra en un tono enojado.

Erika se calló de pronto con las miradas abajo. No se atrevió a refutarle a su padre porque éste era un hombre serio y recto.

Cuando se detuvo el coche, Erika bajó precipitada.

—¡Hazme caso que no te pongas en demasiado contacto con la Lidia! No sigas siendo tan caprichosa porque nos moriremos algún día y nadie podrá protegerte para siempre —dijoSeñora Ibarra

Apenas la contestó Erika, Señora Ibarra se dirigió al chófer,

—Vámonos.

«Mantenerme alejada de Lidia para acercarme a Vanesa? ¡Qué tonterías! Ella es una zorra que engañó a todos, nunca nos llevaremos bien.»

Luego Erika cogió un taxi para la cafetería.

Apenas se acercó a Lidia, Erika sonrió forzosa,

—Perdón, he llegado tarde, porque hay mucho atasco en el camino.

—No pasa nada, tía Erika —se levantó Lidia saliendo a su encuentro—, ¿todo bien?

—Todo bien, no te preocupes —dijo Erika calmada.copy right hot novel pub

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