Hasta que la miró a Lidia desaparecer de la cafetería, Erika pudo dejar de sonreír para cubrir su rostro con las manos.
«No me atreví a mirar el vídeo en que me comportaba de manera tan vulgar.»
Después de un largo y profundo suspiro, salió Erika de la cafetería. Tomó un taxi para pasar por delante de la tienda de Vanesa antes de regresar a su casa.
Diana le acusó por la mañana a Erika de haber maltratado a Vanesa y de haberse comportado poco decente.
«Sí es verdad que no la trataba bien a Vanesa, pero ella a mí tampoco. ¿Quién pegaría a su suegra?»
Cuando se detuvo el coche delante de su tienda, Erika bajó la ventana y de ahí vio a Vanesa estando atendiendo a los clientes, y entre ellos, uno le dijo algo que la hizo sonreír avergonzada.
«¡Toda una campesina! ¡Nunca podrá ser tan elegante como Lidia!»
Pensando enojada, Erika se dirigió al chófer,
—Vámonos.
Cuando los clientes se marcharon, Vanesa sacó su teléfono para mirar el vídeo de Erika, que ya se había convertido en una de sus maneras para divertirse. Mirando lo vulgar que se comportaba Erika en el vídeo, Vanesa se río a carcajadas.
«¡Es toda una campesina! Lo volveré a mirar cuando me ponga triste.»
En el vídeo estaba la mujer enferma con un rostro bien pálido, por eso se veía mucho más joven e inocente que Erika.
«Cualquier hombre que no sea ciego, no se casará con Erika. Pensé ponerle a Erika en ridículo con su divorcio, pero ¿quién hubiera pensado que ella misma lo habría denunciado? ¿En qué estaba pensando esta mujer?»
—Lo has visto varias veces —dijo Fabiana.
—No importa cuánto le ames a tu novio, no te cases con un hombre cuya madre es como ella —señaló Vanesa a Erika—, ella es una bruja que te devorará.
—¿No sabías cómo era ella cuando te casaste? —preguntó Fabiana.
—No, —resopló Vanesa—, no sabía nada en aquel entonces.
El señor Enrique la trataba en aquel entonces muy bien y delante de él, nadie se osaría a maltratarla. Entonces pensaba Vanesa que había formado ya una parte de su familia.copy right hot novel pub