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Jefe Atrevido: Amor Retardado

Capítulo 549: ¿No se daría un respiro?

Vanesa respondió a la llamada y le saludó con un tono alegre:

—Hola, Stefano.

Stefano, sin embargo, no parecía nada contento. Se chupó los dientes antes de decir:

—Vanesa, tengo algo que decirte. ¿No me pediste que investigara a Lidia? Lo hice. No es que no haya llegado al fondo del asunto. Les dije a mis hombres que lo hicieran con mucho cuidado, pero parece que...

—Lidia no lo hizo, ¿verdad? —le interrumpió Vanesa.

Sorprendido, Stefano contestó:

—Claro. Parece que Lidia no tiene nada que ver.

Vanesa se rió.

—Lo sabía hace poco. Lidia no pidió a nadie que me siguiera.

Stefano se asombró al escuchar eso porque había creído firmemente que Lidia debía ser la responsable. Vanesa no sabía lo sorprendido que estaba Stefano cuando se enteró de que Lidia no tenía nada que ver. Incluso preguntó repetidamente a sus hombres si lo habían hecho mal, pero éstos le dijeron con una sonrisa irónica que lo habían investigado con mucho cuidado y que eso era lo que tenían. No podían hacer nada al respecto.

Vanesa continuó:

—Lidia no lo hizo, pero eso no significa que la familia Merazo sea inocente. Santiago está investigando ahora.

Stefano pareció soltar un suspiro de alivio:

—Exactamente, no te olvides de la familia Merazo. Dado que Lidia es inocente, debe haber algo malo en su familia. Ya sabes qué clase de personas son.

A Stefano le hizo gracia lo que dijo porque su opinión era demasiado subjetiva. Era injusto que lo dijera, pero era un amigo que valía la pena tener.

Vanesa expresó su gratitud a Stefano antes de preguntarle:

—¿Cómo has estado últimamente?

El día a día de Stefano no era muy emocionante y no había nada de lo que valiera la pena hablar. Él dudaba:

—Bueno, lo mismo de siempre, lo mismo de siempre.

Vanesa se quedó pensando un rato y preguntó:

—¿Has visto a Isabel últimamente?.

Stefano hizo una pausa, sin decir nada. Pero a juzgar por su reacción, Vanesa ya tenía una respuesta. Suspiró en silencio y dijo:

—En realidad, creo que Isabel es una buena chica. No te metas con ella. No es culpa suya mantener el orden social.

A Stefano no le resultaba fácil hablar de este tema. Tras una larga pausa, respondió:

—Ya veo.

Aparentemente, no quería hablar de Isabel, así que cambió de tema y le preguntó cómo iba la investigación de Santiago.copy right hot novel pub

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