A Vanesa no le importaba que la venta de la casa por parte de Marco fracasara.
Ella había llegado a una aceptación. Si Marco realmente quería esa casa, ella podría dársela.
De todos modos, no tenía previsto volver a vivir en esta casa. La casa también estaría vacía. Si Marco necesitara vender la casa para mejorar sus condiciones de vida, no iba a impedirle a hacerlo.
Santiago tomó la mano de Vanesa y la colocó en su palma:
—Deja que estas cosas vayan con la corriente. Si realmente era pobre y necesitaba vender esa vieja casa para salir adelante, podemos dársela.
Román suspiró:
—He oído que no le va bien. Alguien del pueblo dijo que lo había visto, y que parecía estar trabajando como obrero temporal en una obra.
La vida de Marco, en efecto, no había sido muy buena. Santiago lo había investigado antes.
Vanesa sonrió:
—No me importa si le va bien o no. Mientras todos ustedes tengan una buena vida, eso importa más que cualquier otra cosa.
Su declaración puso fin a este tema.
Estas personas comenzaron a imaginar su vida futura, pensaron en ganar más dinero y en cambiar el destino de sus hijos.
Vanesa y Santiago estuvieron dando vueltas durante más de una hora. Al fin y al cabo, todavía tenían que trabajar. Su conversación se fue paralizando poco a poco. Santiago se fue con Vanesa después.
Se sentaron en el coche y, antes de que éste se pusiera en marcha, Vanesa empezó a emocionarse:
—Nunca los había visto tan felices. Quizá no lo sepas, pero han dependido mucho del clima para vivir. Todos los hogares lo pasaban mal cuando la cosecha era mala. Todos se sentaban junto a su puerta y suspiraban al unísono. Tener a todos reunidos, sentados juntos y riéndose como hoy es una escena que nunca se ha visto.
Santiago se abrochó el cinturón de seguridad y sonrió:
—Ahora puedes estar tranquila.
Vanesa asintió:
—Lo estoy. Gracias.
Santiago rio:
—Ves, siempre eres tan cortés conmigo.
Vanesa guardó silencio y se dirigió a la residencia de los Icaza.
La ubicación de este almacén estaba un poco alejada. Se dirigieron hacia el centro de la ciudad y pasaron por los suburbios.
Santiago también se desvió y fue a echar un vistazo a la casa bancaria de la familia Merazo.copy right hot novel pub