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La Chica Dhall ©

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Capítulo cincuenta

Pov Len

La gran mayoría de personas, a menudo, le tienen miedo al silencio, miedo a estar solos, miedo a todo lo que involucre quedar sin alguien en la vida.

Y debo decir que, yo era una de esas personas, pero, a medida que esperaba su llegada sentía mi corazón llenarse de felicidad y al mismo tiempo de dolor, ya que sabía, por una parte, que la volvería a ver, pero por otra, sabía que ella ya no estaría más con sus seres queridos y aunque ella desease estar conmigo, cada vez que pensaba en lo tanto que le haría falta a sus personas queridas... a su familia, no podía evitar pensar en el dolor que ella estaría pasando.

Cada día que pasaba, cada noche oscura en su solitaria habitación, cada día de lluvia, cada semana, cada día nublado, cada mes, cada aniversario de mi muerte, cada año; ella siempre estuvo sola, fingiendo estar bien cuando la realidad es que podía sentir su dolor, podía sentir y ver como sus actuaciones demostraban ante su familia que ella no sentía nada y que ya había superado mi muerte, pero no era así.

Todas las noche, pesadilla tras pesadilla, lágrimas tras lágrimas, incluso me hizo a mi odiarme. Odiarme por cómo la había dejado sola después de todas las cosas que habríamos hecho juntos si estuviese a su lado, me sentí la peor basura del mundo, sin embargo, cuando ella sintió que estaba ahí, justo a su lado, me habló.

Y aún recuerdo sus palabras.

"No sé si me estás viendo, no sé si me estás escuchando, pero, aunque parezca extraño puedo sentir que estás aquí conmigo y eso me hace feliz, muy feliz. Desearía con todas mis fuerzas y lo daría todo por volverte a ver un segundo y darte un abrazo para sentirte y que mi corazón vuelva a sentirse amado y lleno de ti, pero... Sé que no sé puede, porque tú ya no estás aquí, por ende, sólo me queda decirte que te amo. Te amé, te amo y te amaré solo a ti hasta que por fin pueda reunirme contigo, porque eres, fuiste y serás, a pesar de todo lo que ha pasado, el amor de mi vida".

En ese momento mi única acción desde las sombras fue abrazarla aunque no la pudiese tocar, aunque nadie me pusiese ver, el solo hecho de estar ahí con ella y escuchar eso de sus labios fue suficiente para decirme a mi mismo y comprender que la única persona que siempre estuvo para mí, que siempre me quiso sin importar los motivos, que se enfrentaría a todo por mí es ella y solo ella.

Porque al fin y al cabo ambos somos iguales.

Desde ese día nunca la deje sola, a todos lados la acompañaba justo a su espalda, sabiendo de ante mano que en cualquier momento podría pasar lo que nadie quería que pasara, hablaba con ella cuando me contaba sus cosas en su habitación, cuando tenía alguna batalla estaba ahí cuidado su espalda como lo hizo conmigo, me quedaba horas y horas viéndola dormir hasta que un día por fin escuche su voz.

Flashback

Miro el techo blanco de su cuarto y doy un largo suspiro sin poder dormir, mis pies inquietos se mueven de un lado otro y otra vez siento esa rara presión en mi corazón que no tiene nada que ver con zuani, ya que ella sigue dormida y feliz, porque hoy paso un estupendo día de cumpleaños.

Volteo a verla.

Con que ya eres mayor que yo, eh.

Con mis manos intento tocarla, pero está traspasa su cuerpo y cierro mis ojos negando. No sé cuando voy a dejar de hacer eso, si yo soy un espíritu y ella es de carne y hueso.

Me levanto y camino con paso firme hacia el gran ventanal del cuarto, la luna llena está en todo su esplendor iluminando cada zona oscura y de la nada escucho como su cuerpo se remueve seguramente para cambiar de posición.

—¿Len? —junto mis cejas, eso no debe ser conmigo, ella debe estar soñando como las demás veces —¿Len? ¿Eres tú? —está vez escucho su voz más fuerte y giro sin poder creer lo que veo.copy right hot novel pub

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