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La Gran Sultana

Francia Parte V

Juana estaba adolorida

Ella era virgen, jamás se había entregado a ninguna otra persona ni había sentido algo de amor por algún hombre o mujer, pues en su mente siempre estaba presente aquel sueño donde la mujer rubia de ojos de diferente color la hacía suya en una cama. Aquel sueño se hizo realidad exactamente como ella lo había soñado, con Jesin arriba de ella quitándole la ropa de forma apresurada y apasionada. Ahora comenzaba a tener un nuevo respeto por la esposa de Jesin, que había quedado embarazada y estaba esperando volver a embarazarse, el tamaño de la Sultana era algo excesivo y ella que jamás había tenido relación, pues le dolió demasiado

“Escencia de Venus” Así se llamaba el afrodisiaco que había comprado, según el hombre aquella esencia venía de la mismísima diosa Venus y la usaba para engañar a los dioses y mortales, era un afrodisíaco muy poderoso y también era un alucinógeno, por lo cual Jesin al mirar a Juana, no veía su rostro, veía el rostro de la mujer que más amaba en su vida, su esposa Mera. Le había hecho el amor como se lo hubiera hecho a su esposa, sin la más mínima piedad. A Juana le dolió mucho, no lo negara, se cansó bastante y cuando al fin se acostumbró a todo el dolor pudo disfrutarlo, pero la experiencia no desaparecería nunca de su mente

Era cerca de las 4 de la madrugada cuando al fin la Sultana se cansó y se durmió bajo los efectos de la poción, Juana se levantó adolorida, sus piernas temblaban y parte de la sabana estaba manchada con su sangre, tal vez Lady Mera estuviese acostumbrada a la rudeza y tamaño de la Sultana pero no ella y el dolor era casi insoportable, pero lo aguanto para vestirse. Observo a la Sultana que dormía apaciblemente en la cama, con una sonrisa de satisfacción, aunque ¿Cómo no la tendría? Si empezaron cerca de las 10 de la noche, fueron casi 6 horas de puro sexo sin control, la verdad Juana estaba impresionada de mantenerse en una pieza, porque sentía que la iba a partir en dos

Con mucho cuidado de no despertarla (Aunque lo dudaba) la vistió completamente, primero la ropa interior, después la armadura colocando con cuidado las armas escondidas en el mismo lugar donde iban, Juana se sorprendió cuando la desnudo y noto que traía un arco y varias flechas en su espalda, flechas con apariencia bastante mortal. Cuando coloco toda su ropa y armas en los respectivos lugares tomó la espada, era bastante hermoso el mango, lleno de oro y joyas pero había algo extraño, parecía casi un magnetismo en la espada

Con mucho cuidado la desenvaino lentamente. Ella tenía razón, no era decoración o una joya mas, bajo el mango falso de oro haba uno de plata y cuero hecho para tener un excelente agarre, la zona que separaba el cuero de la hoja era de oro puro con pequeños zafiros y la hoja era de color plateado casi blanco con palabras griegas escritas en ella, entrecerró los ojos e intento recordar sus lecciones de griego que había tenido en su niñez

Κόρη της Αθηνάς, Πρωταθλήτρια Ολύμπου

Hija de Atenea, campeona del Olimpo

Juana trago saliva, observando el arma brillar ligeramente ante su toque y observó a la Sultana ¿No los otomanos son musulmanes? Adoraban al dios Alá y eran muy respetuosos con su religión siguiéndola al pie de la letra ¿Cómo es posible que su Sultana, la mujer más importante de todo el imperio sea griega? Además de tener una espada que diga que es campeona del olimpo

Había escuchado historias de una mujer en Edirne hace muchos años, que era tan inteligente con sus estrategias militares que gracias a ella el Imperio se volvió muy poderoso ¿Seria Jesin su hija? Los tiempos no concordaban pero ¿Y si de verdad existía esa diosa? No, era imposible, solo existía un dios, el dios católico

¿Por qué entonces tenía esa espada? Era griega en todo su esplendor y la frase no ayudaba en nada. Juana negó, no era de su incumbencia, tal vez tendrá raíces griegas por parte de algún familiar y lo quiso homenajear, o tal vez la ganó en alguna de sus conquistas o batallas, volvió a envainar la espada y la puso en la cintura de la Sultana que seguía durmiendo profundamente, el dolor en su intimidad era grande y ahora mismo solo deseaba dormir por algunas horas y tomar algunas hierbas para el dolor ¿Se sentirá así cuando dé a luz?

Con la poca fuerza que le quedaba tomo a Jesin en brazos y llevo hacia otra habitación, por suerte vacía y limpia y la dejo dormir ahí, no había ningún indicio de que hayan tenido sexo y ella jamás lo sabrá

Jamás sabrá que en el estómago de Juana estaba creciendo una vida que tenía su sangre, jamás sabría cuándo nacería o si es hombre o mujer. Juana sabía que él bebe que crecía en su interior sería el que pararía las guerras en Francia y llevaría su nación a la grandeza, y para eso el bebe debía quedarse en Francia, si era llevado a Estambul y criado como un príncipe o una princesa, jamás tocaría un arma en su vida y no se convertiría en el guerrero que estaba destinado a ser. Sus sueños se lo habían mostrado, una figura que no distinguía si era hombre o mujer, usando una armadura reluciente y levantando una bandera de Francia en señal de victoria

Ella siempre había confiado en las señales que enviaban en sus sueños, es por eso que había hecho esto, porque la Sultana jamás debe saber que se acostó con ella o el destino no se cumpliría. Por eso tomó sus zapatos y salió de la habitación sabiendo que al despertar la Sultana no recordaria la noche que habían pasado juntas y como había tomado su virginidad

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