Cipriano se quedó con Lilibeth hasta que los bebés y ella se quedaron profundamente dormidos, mandó a una de las jóvenes de la servidumbre a que recogiera las pocas pertenencias que había traído con él durante el viaje y bajo para comer algo antes de buscar reencontrarse con Edward y Oliver, sin embargo, para su sorpresa, mientras bajaba las escaleras escucho la voz de Edward:
-No permitiré que Cipriano se case con esa mujer -por lo que Cipriano escuchaba Edward estaba hecho una furia
-tú no decides en nuestros asuntos familiares -respondió el padre de Cipriano -ya la familia Deluca lo ha decidido y Cipriano se casará con Lilibeth tan pronto ella pueda - el doctor planeo entrar y detener la conversación, pero Edward habló y él se paró en seco
-¿en serio? ¿Sabes que hable con Luciano antes de salir? -¿Qué tenía que ver su hermano en todo ese asunto? Cipriano se acordó que su hermano le había pedido hablar con él, pero no lo había vuelto a ver desde entonces, la curiosidad le gano y quiso saber qué era lo que su hermano le había dicho a Edward
-¿me estás amenazando? -fue la contestación del anciano -¿se te olvida que hemos guardado el secreto de tu supuesta prima?
-pueden decir lo que quieran de Amelia ella es de mi familia por sus venas corre la misma sangre que la mía y eso no va a cambiar por más que lo nieguen… pero lo que ustedes hacen -Edward se detuvo sin saber qué más decir, se sentía furioso, recordaba la vez que descubrió de los maltratos a Cipriano
-manipular a Cipriano para mantenerlo alejado y solo porque no quieren sufrir por un escándalo es detestable -esta vez el que habló fue Oliver, Cipriano se sorprendió al escuchar a Oliver que hablaba calmadamente, pero se notaba su enojo, él siempre estaba tan callado y era tan tímido que escucharlo hablar de esa manera hacía que a Cipriano sintiera un escalofrío recorriendo la espalda
-Edward, Oliver -esta vez fue su madre quien hablo -¿qué impactó creen que tendrá en Cipriano saberlo? ¿Le cambiará su estatus social? No ¿le cambiará la vida? Probablemente, pero ¿le hará realmente feliz?
-Eso no lo decides tú -dijo Cipriano que no había aguantado más escuchando detrás de la puerta -para que lo sepan todos ya lo sé -Cipriano mintió no tenía ni idea de qué hablaban, pero creyó que era su oportunidad para evitar que sus padres lo regañan durante horas por dejar a Lilibeth (tal vez se había salvado de una golpiza por parte de su padre, todavía le tenía temor y no dudaba que su padre todavía podía golpearlo y que él no se defendería por respecto a él) todos parecían sorprendidos, su madre parecía estar a punto de desmayarse
-hijo… -comenzó ella
-para que lo sepan ya cancele el matrimonio y mis cosas están siendo preparadas para salir, así que iré a almorzar y saldré por esa puerta y no miraré nunca más atrás -Cipriano salió por la puerta con cierto aire de dignidad, pero lo cierto era que estaba confundido, pero ya tendría tiempo de preguntarle a Edward que sabía que él no,
Cuando salió pensó que si iba a almorzar corría el riesgo de que su padre lo persiguiera y… bueno pasara lo peor por lo que en vez de ir a la cocina volvió a subir al cuarto de Lilibeth, tocó la puerta y ella indicó que podía pasar, la encontró en mirando a la ventana:
-pensé que te habías ido ¿por qué sigues aquí? -dijo ella
-acabas de tener gemelos no deberías estar de pie -Cipriano ignoró su pregunta y ella se lo quedó viendo fijamente, mientras él le señalaba una silla
-tengo la fuerza para estar parada -ella le quitó importancia -¿qué quieres?
-quería pedirte el carruaje para llegar al puerto
-llévatelo y, pero pide que regrese de inmediato, como bien sabes lo necesito para mudarme
-Gracias -Cipriano se giró para salir de la habitación pero Lilibeth lo detuvo
-espera -ella se acercó a una mesita de noche y sacó varias cosas del cajón, luego levantó una tapa y Cipriano entendió que era un cajón con doble fondo la mujer tomó una bolsa del tamaño de un melón la abrió y saco lo primero que encontró -debe ser porque acabo de tener dos bebés y me siento vulnerable, pero toma -le extendió a Cipriano una pulsera bañada de oro blanco con pequeñas incrustaciones de zafiros, esa pulsera debía valer lo mismo que el sueldo de un año de veinte empleados
-no puedo aceptarlo
-cuándo llegaste acá tu reputación estaba acabada y eso en parte fue mi culpa
-¿qué? -Cipriano la miró sorprendido
-Tu madre y yo no encendimos las fogatas, pero si avivamos las llamas… necesitaba que te casaras conmigo, pero al final metí yo el pie en el barro -dijo señalando a los bebés, Cipriano entendió que ciertamente los rumores fueron más hirientes hacia el que a Olivia y estos parecían atacarlo directamente, Cipriano siento un hueco creciendo en su corazón "así que mi propia madre me hizo algo tan horrible"
-Aun así no puedo aceptarlo -Lilibeth tomo el collar y con la uña sacó una pequeña incrustación de zafiro, no era más grande que una gota de agua, pero sí proporcionaba una cantidad de dinero suficiente para vivir cómodamente unos años
-Entonces insisto en que aceptes esto -dijo ella acercándose a él y poniendo la pequeña piedra preciosa en la palma de la mano -pasaran un par de años antes de que tu reputación vuelva a hacer lo que era y hasta entonces tendrás para vivir cómodamente, aunque no vivirás como un noble claro está… -Cipriano miro la pequeña gema y la guardó en un reloj de bolsillo que llevaba con él -Por cierto yo tampoco me quedaré en este país por mucho tiempo
-¿no? -eso sorprendió a Cipriano
-Por supuesto que no, mi cuñado solo me perdono la vida porque no quiere pasar el resto de su vida pudriéndose en la cárcel, ahora solo debe estar planeando como hacerlo sin que lo inculpan
-Pero si te vas y no le dices a donde vas perderás todos tus beneficios… tu hija…
-Martina se quedará acá
-¿Qué? -Edward se sorprendió y Lilibeth sonrió con tristeza viendo en dirección a su hija
-ella es hija de una condesa, tiene el derecho de ser educada como una noble y tener un buen matrimonio que le asegure su futuro, no podrá hacerlo con un hermano mulato y una madre caída en la desgracia, confío en que mi cuñado la tratara como a su propia hija y le dará el mejor de los futuros -Lilibeth sabía que su cuñado amaba a su hermano y que este no le haría daño jamás a la hija de él, aunque no fuese hija de su esposo su cuñado no tenía forma de saberlo --Alphone, por otro lado, tendrá una vida difícil y me necesitara a su lado…
-¿Cómo planea vivir sin el apoyo de su familia? -Lilibeth sonrió y elevo la bolsa
-Como te dije cuando nos conocimos el dinero no es problema, esto son regalos de mis amantes, esto me asegura la vida de una reina de por vida y si se me acaba solo debo conseguirme otro amante
-Entiendo -Cipriano suspiro y se le ocurrió preguntar otra cosa-tal vez me esté pasando de la raya al preguntar eso, pero ¿en serio mató a su esposo? -Lilibeth sonrió, Cipriano al principio no sabía la causa de muerte del difunto conde, pero lo que había dicho el cuñado de Lilibeth y lo que había escuchado en rumores le hicieron sumar 2+2
-Por supuesto -dijo ella sin negarlo -le di Cicuta en el té y si me hubiese enterado de que tú planeabas traicióname hubiese hecho lo mismo -Cipriano tragó saliva, pero por dentro estaba aliviado de no haberse casado con ella -Por cierto si nos volvemos a ver me aseguraré de que pagues con creces el haber roto nuestro compromiso ¿entiendes? -Lilibeth estaba sonriendo, pero Cipriano supo que la amenaza no era infundada, si por alguna razón el destino los volvió a unir él debía cuidarse sus espaldas
Cipriano salió de la habitación y con la primera chica de servicio que se encontró mandó a preparar el carruaje y algo de pan, vino y queso para el viaje.
Cipriano esperó en una habitación vacía, donde sus familiares no lo pudiesen encontrar, donde pudiese procesar el día tan extraño que había tenido y sobre todo donde pudiese pensar en su siguiente paso ahora que regresaría a una ciudad llena de calumnias puestas por su misma madre y con Amelia comprometida con Donato él tendría que hacer todo lo posible para que ese par estuviese
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