-Si todo sale bien antes de medianoche estaremos en la Ciudad -dijo Cipriano aliviado
-Espero que dios lo quiera así -suspiró el capitán -¿Disfrutando del mar? -Preguntó de repente el capitán
-Siendo sincero si, mientras estaba acá me imagine que hubiese sido de mí si hubiese sido un pirata -El capitán se rió entre dientes
-La vida de libertad de un pirata es tentadora hasta que un nudo rápido acaba con ella -El capitán se recostó entre la barandilla que separaba el barco del mar
-Claro no hay nada mejor que vivir honradamente -Dijo Cipriano -aunque claro algo de emoción nunca está demás
-Pues si quieres eres bienvenido a formar parte de mi tripulación te aseguro que emociones no te faltaran
-No puedo hacer eso -negó Cipriano -pero gracias por la invitación
-¿Es por la mujer?
-Tal vez -Respondió Cipriano con un suspiro
-Ese noble dijo que tenía a su mujer esperando en casa ¿no será la misma?
-No -Negó Cipriano pensando que tal vez el capitan habia escuchado de los rumores acerca de Olivia y el puesto que en el maldito país los rumores se esparcieron como un incendio que no podía ser apagado -Es su prima -suspiro Cipriano
-Me alegro que no sea su mujer, he visto muchas amistades arruinadas por ese tipo de cosas -suspiró el capitán, Cipriano pensó un momento había algo que encontró en la bodega del barco y pensó que le gustaría a Amelia
-Capitán he visto algo en la bodega del barco y me gustaría pedirle para regalarsela a la joven que amo
-Quieres una de esas malditas flores ¿cierto? -dijo el capitán -la esposa de un negociante nos pidió que las transportaran hasta su nueva residencia pero olvidó decirnos que nosotros debemos cuidarlas y de paso no estaba en el puerto cuando llegamos, llevatelas todas si quieres
-Solo puedo llevarme una -suspiro Cipriano, era una flor muy bonita, era una hoja en forma de corazón blanca cerrada sobre sí misma con un tallo blanco sobresaliendo -¿sabe como se llama?
-Creo que la mujer dijo que se llamaba cala -dijo el capitán con una mueca
Mansión Wilson 1:00 am:
A pesar del té de manzanilla y semillas de amapola las pesadillas no abandonaban los sueños de Amelia, seguía soñando con la el conde apuntando la con su pistola, Amelia se movió incómoda en la cama cuando sintió el peso de alguien que no era ella en su cama
“Amelia debes despertar” le decia Samira con insistencia, Amelia veia a su amiga palida con el cabello negro y largo suelto y una bata blanca tenia una apariencia fantasma, aunque ella quisiera moverse no podia se sentia paralizada trato de pedir ayuda pero de sus labios temblorosos no salieron palabra alguna, cuando una sombra masculina se poso encima de ella Amelia esperaba que fuese solo un mal sueño “debes gritar por ayuda” le decia Samira mientras la figura subia su bata de dormir y la dejaba completamente desnuda:
-Ayuda, Por favor que alguien me ayude -logró gritar Amelia y como si el efecto de la paralisis hubiese terminado comenzo a moverse y intentar salir corriendo, sin embargo su atacante estaba sentado en sus piernas y ella no podía moverlas el hombre la agarró por ambas muñecas con una mano y con la otra le tapó la boca
-Con el té esperaba que durmieras toda la noche -dijo una voz que a Amelia le parecía familiar -has sido la putita de los nobles aunque no lo eres o ¿si? -siguió el hombre que acercó su boca a su oído para susurrarle, Amelia lloraba y se quejaba sin poder defenderse -eres sin duda hermosa y esta noche seras mia… -El hombre le pasó la lengua por cuello y los pechos
Sin embargo Amelia supo que ambos estaban en una posición delicada si el hombre quitaba una de sus manos ella se defiende o gritaría y el alboroto levantaría a alguien pero si no las quitaba no podría hacerle nada mas a parte de lamerla con su asquerosa y áspera lengua, en cualquier caso Amelia no creía que la situación terminará bien para ella…
El capitán había sugerido que tocaran tierra a medianoche para evitar ser vistos no obstante Edward se negó tan pronto el sol se pusiera él se bajaría del barco así tuviese que nadar hasta la orilla, la ansiedad de no saber nada de su esposa lo estaba volviendo loco por lo que tan pronto oscureció el capitán los dejó en la orilla y este le volvió a proponer a Cipriano que fuese su médico a bordo pero este se negó amablemente.
De camino de vuelta a la ciudad y para sorpresa del trío de amigos se encontraron con varios guardias en el camino que le complicaba su llegada, al principio les hacían demasiadas preguntas y eran bastantes hostiles “¿quiénes son? ¿son nobles? ¿Qué hace un conde, un barón y un médico viajando a media noche? ¿Por qué estaban en una ciudad portuaria? ¿a dónde van y por qué?” pero a medida que se iban acercando a su ciudad de origen los guardias y los policías fueron reconociendolos y los dejaban pasar sin hacer tantas preguntas:
-Conde -Saludo el jefe de policía
-Jefe buenas noches
-Me alegro que regresara -el hombre sonrió -con toda la situación hemos estado pendientes de su mujer y su prima pero gracias a dios ellas no han necesitado de nuestros servicios -El jefe de policía pensó por un breve momento en lo que ocurrió con la familia Fitz pero pensó que ni Amelia ni Olivia habían salido afectadas directamente de ese acontecimiento
-Muchas gracias por su servicio ahora lo que nos interesa es regresar a nuestro hogar
-Entiendo, sigan adelante con tranquilidad de aquí a su hogar ya no hay más guardias -sonrió el jefe dejándolos pasar
-Buenas noches jefe -se despidieron los tres hombres
-oh señor Deluca -dijo el jefe de repente como si apenas se diera cuenta que estaba allí -me alegra que esté de regreso su colega el señor Gurley no me agrada tanto…
-Para mi tambien es un placer estar de vuelta -dijo Cipriano sorprendido no esperaba que nadie le dijera que se “alegraba de verlo”
copy right hot novel pub