Modo oscuro
Idioma arrow_icon

La Llave En El Lago

Capitulo 94:

-Su padre y su esposo discutieron frente a Amelia, el conde le disparó al señor Fitz y luego acabó con su propia vida -Olivia ignoró a su hermano y siguió explicando la situación

Su hermano comenzó a llorar y se tapó las manos con ambas manos, Amelia desde hacía un tiempo había sospechado que el tímido Oliver tenía cierto cariño hacia Samira pero no podía asegurarlo hasta ese día, el llanto del hombre era el de un hombre enamorado Que distinta hubiese sido mi vida si me hubiese casado con Oliver o hubiésemos huido juntas le susurro Samira al oído a Amelia, esta se sobresaltó pero rápidamente se paró y caminó hacia Oliver poniéndole una mano en el hombro:

-Se que la querías y estoy segura de que ella tambien a ti -Mintió Amelia ya que conocía los verdaderos gustos de su amiga pero no quería que Oliver se sintiese mal

-mmm… bueno creo que nosotros nos iremos y nos llevaremos al prisionero con nosotros -Dijo el jefe de policía

-Gracias por venir jefe, mañana ire temprano para asegurarme que ese hombre no vuelva a ver la luz del sol -dijo Edward y los policías se retiraron

Después de eso todos se quedaron un par de horas más despiertos para preguntarle a Amelia si se encontraba bien una y otra vez hasta que finalmente:

-Creo que deberían ir a dormir -Dijo Amelia viendo la cara de cansancio en de todos -Yo no podré dormir más esta noche pero ustedes vienen de un viaje muy largo deberían descansar -Edward bostezo para decir que no pero Olivia lo tomó del brazo

-¿segura que estarás bien? -Preguntó su amiga

-Vayan a dormir -ordenó Cipriano antes de que Amelia pudiese responder -yo me quedaré con ella

Olivia se dio por convencida y arrastró por el brazo a su esposo, Oliver todavía estaba conmocionado por la noticia de Samira pero su madre también lo arrastró hasta una habitación asegurando que necesitaba dormir para procesar lo ocurrido, la señora Acosta también fue a su habitación pero primero paso por el cuarto de su hija para asegurarse una vez más que la niña estaba bien:

Cipriano y Amelia se quedaron sentados en silencio bajo la luz de una vela, ambos se veían sin saber qué decir:

-Me encantaría bañarme -Dijo Amelia de repente, todavia sentia el aliento sucio y la saliva asquerosa del mayordomo en su cuerpo

-Podemos llamar a una joven para que te prepare un baño

-No dejalas dormir -suspiro Amelia -Supongo que si estas acá es por que no te has casado

-No he contraido nupcias -A Cipriano se le había olvidado por un momento el asunto de Lilibeth, la habitación se quedó en silencio -oh le he traído un presente -dijo Cipriano de repente

-¿a mi? -Preguntó Amelia confundida

-Sí aunque tal vez es un poco tarde para que pueda apreciarlo

-Me encantaría verlo

Cipriano se paró de su asiento, tomó la vela y le extendió la mano a Amelia para ayudarla a levantarse, ella la aceptó y lo siguió hasta el establo fuera de la mansión, allí en una esquina donde había un bolso sobresalía una cala blanca, Amelia se le llenaron los ojos de lágrimas, recordó la noche en la que había viajado y la hermosa flor de cala que había encontrado en el jardín, ella había tratado de localizar las nuevamente pero no había logrado encontrarlas, supuso que las flores habían sido plantadas en el futuro pero resultaba que el que las había plantado desde un principio había sido Cipriano:

-¿No te gusta? -Preguntó él temeroso de que a ella no le gustan

-Me encanta -respondió ella -Se donde quedarían perfectas -Amelia tomó una de las palas que estaba en el establo y llevó a Cipriano a través de la oscuridad al sitio donde el futuro las había visto, casualmente a seis pasos de ese sitio habían enterrado las joyas días antes, Cipriano cabo un agujero no muy poco profundo y la plantó.

Cuando terminó su trabajo los primeros rayos de sol comenzaban a iluminar el horizonte, el cielo parecia pincelado con una gama de colores, negro, azul añil, rosado y naranja y amarillo, la neblina comenzaba a levantarse ademas las plantas del jardin parecia tener colores mas brillantes, Amelia parecia un poco palida entre los colores tan vivos del cielo, ella se abrigaba con un chal suave y llevaba un vestido sencillo de algodon, Cipriano tenia ojeras y no se habia cambiado de ropa en dias, pero mientras obsevaban como el sol se abria paso entre la oscuridad, Cipriano formulo su pregunta:

-Amelia te amo ¿te casarías conmigo?

-...

Amelia se quedó viendo fijamente a Cipriano, en los últimos meses había recibido más propuestas de matrimonio de lo que una persona recibiría en toda su vida y nunca se había visto tan tentada a aceptar, se sorprendió cuando se dio cuenta de eso… Ella en verdad deseaba aceptar.

En estos últimos años ella solo se había imaginado su vida con Erick pero ahora le parecía que no podía dejar de imaginarse su vida sin Cipriano ¿Acaso el poco tiempo que habían estado juntos era suficiente para amarlo? Ella abrió la boca sin saber exactamente qué decir pero Cipriano puso su mano en su barbilla elevando levemente su cabeza para que ella pudiese verlo fijamente a los ojos y con el dedo pulgar comenzó a acariciarla suavemente… fue él quien hablo:

-Se cual es tu respuesta y no necesitas contestar -sus ojos eran casi Hipnóticos y su voz era suave y calmada -Todavía no puedo aceptar del todo que vengas del futuro pero sí entiendo que deseas ver a tu familia asi que solo quiero que sepas que si cumples tu cometido y llegas a donde sea que tu quieras estar y estando allí te das cuenta que no es lo que tu deseas… quiero que sepas que mi propuesta estará vigente siempre, no importa si han pasado días, semanas o años… -Amelia se quedó en silencio viendo fijamente los ojos de Cipriano

-Con lo que acabas de decir… -Amelia no sabía cómo formular su siguiente oración, el ambiente le parecia magico incluso olvido toda la pesadilla que había vivido durante la noche -quiero que sepas mi respuesta -Amelia tomó la mano de Cipriano y la beso -Si yo perteneciera acá o tu pertenecieras a mi tiempo me casaría contigo sin pensarlo… Yo tambien te amo -Cipriano tenía la cara de un cachorrito regañado, el sabia que lo que Amelia decía lo decía con toda sinceridad -pero esta época me ha enseñado que las cosas no son tan fáciles como declararse y ya

-A veces que hay luchar -suspiro Cipriano

-Lo siento… se que seriamos muy felices a ratos pero yo no sería del todo feliz sabiendo que mi familia me está buscando

-Lo entiendo

-Aun así, si regreso y no soy feliz buscare la manera de estar contigo pero no quiero que vivas esperando a alguien sin saber si va a volver o no -Cipriano se inclinó para darle un suave beso en los labios

-No te preocupes por mi

-Si nuestro destino es estar juntos lo estaremos si no acepta el destino que el mundo te tiene preparado -Cipriano se sonrió con amargura ¿cómo saber si ese era su destino? ¿cómo podía aceptar que Amelia no estuviera con él? -Me gusta que durmieramos juntos -dijo Amelia de repente, Cipriano se sonrojo

-¿Qué? ¿ahora?

-No pongas esa cara solo quiero dormir -Amelia sabía que si alguien los veía compartiendo la habitación seguramente sería un problema pero en realidad eso no le importaba a parte se sentía protegida con Cipriano y esperaba que el calor de su cuerpo espantara las pesadillas y fantasmas mientras dormía

-Esta bien -acepto el -creo que tambien necesito dormir

copy right hot novel pub

Comentar / Informar problema del sitio