Una vez dentro noto varias cosas de la propiedad, una era que estaba bien cuidada la otra era que estaba bien amueblada y no solo eso todo era completamente moderno, la cocina tenía una nevera inteligente ¡por dios! ¿De dónde sacaba dinero su abuelo? Amelia comió, mientras revisaba sus redes sociales, Erick había tenido la decencia de no escribirle en los muros públicos, pero las bandejas de mensajes privados estaban a rebosar de mensajes y la cantidad de notificaciones que había en el teléfono le habían consumido casi toda la batería y para su desgracia o suerte su cargador estaba en el departamento que compartía con Erick, una desgracia porque por muy moderna que estaba la casa no había seguridad de que hubiese un televisor y si lo había ¿lo encontraba esa noche? Y para su suerte no tendría por qué lidiar con Erick esa noche, ya él había dejado los mensajes para comenzar a llamar y pronto se acabará la batería y no tendría que hacer un esfuerzo por ignorarlo más, pero aun así hizo lo que le parecía correcto en ese momento y escribió un mensaje:
Para: Hannah Banana.
Estoy en la mansión, no tengo ni cargador ni batería, me iré a dormir mañana hablamos. Te quiero
Y si su idea había sido irse a dormir y encontró una habitación perfecta para ello, era una habitación que no olía a polvo ni parecía estar siglos sin usar, pero tan pronto como se acostó se dio cuenta de que esa no era su cama ni su casa, que nunca había dormido allí y poco a poco los ruidos de la casa parecían más aterradores, además que recordó el pensamiento del asesino serial invasor y ¿si tenía razón? Y ¿si estaba esperando a que se durmiera para atacar? Todos esos pensamientos por muy locos que fueran no la dejaban dormir y no dormir significaba que pensaba en Erick y el dolor que estaba sintiendo.
Había conocido a Erick unas semanas antes de entrar a la universidad e instantáneamente tuvo un flechazo tan pronto lo vio sonreír, para esos días en que se conocieron Erick no había descubierto la vida fitness y era bastante flaco, con los ojos y piel color chocolate y con el cabello en rizos que le formaban un afro, era muy simpático y siempre parecía estar riéndose de algún chiste que él solo conocía, a mitad de su primer semestre ellos ya eran novios y al comienzo de su segundo semestre él había comenzado en el gimnasio y en el cuarto semestre dejo de usar su característico afro para centrarse en un estilo más moderno y ya para cuando terminaron sus respectivas carreras Erick había cambiado mucho físicamente, teniendo un aspecto de un boxeador, pero Amelia sabia que Erick era el mismo de siempre simpático y amable, algo que ahora parecía ser una tortura, ya que si él no había cambiado entonces eso significaba que ella había cambiado o él siempre la había estado engañando, dio una vuelta en la cama en dirección a la ventana de la habitación, la cortina estaba corrida y se sorprendió mucho al ver que había un resplandor que entraba por la ventana, era un resplandor blanco suave, pero era lo suficientemente fuerte para mantener una luz tenue en la habitación, el efecto de la luz podría ser algo romántico si no fuese por la situación para ella las sombras que se formaban en la habitación eran demasiado aterradoras.
Amelia se levantó para cerrar la cortina, pero se paró y pensó si realmente quería cerrar la cortina, eso acabaría con toda la luz y seguramente haría mucho más aterradora la habitación, se acercó para ver qué era ese resplandor y se sorprendió muchísimo al darse cuenta de que era un jardín lleno de luces, para ella el jardín parecía un mini jardín de Versalles, lleno de arbustos podados de forma simétricas y daba la sensación de que todo era mágico nada que ver con la aterradora habitación.
Amelia decidió que si no podía dormir por lo menos podría desvelarse en el jardín que parecía salido de un cuento de hadas, así que se puso su jean y salió, le tomó alrededor de quince minutos encontrar el camino al jardín, ya que la propiedad era excesivamente grande se imaginó a sus antepasados viviendo en esa casa y sin poder llenar todas las habitaciones, aunque, por otro lado, su familia tuvo que ser muy importante en las épocas en que se construyó la casa, tal vez un duque o un conde o algo por estilo, lo que quería decir que la casa estaba llena de personas que servían al dueño… tal vez el hombre del cuadro pensó Amelia.
Mientras Amelia reflexionaba y admiraba el jardín se comenzó a sentir más intrépida ¿había más partes de la casa tan mágicas como el jardín? Las luces que parecían salidas de los mismos arbustos daban un ambiente romántico y las flores y rosas surgían en cantidades extraordinarias por cada paso que daba, se agachó para ver una flor de cala, no era una flor común en la zona y ni siquiera sabia como sabía que ese era su nombre, pero era la flor más extraña y bonita que había visto en su vida, era como si fuese una hoja blanca brillante en forma de corazón cerrada en sobre sí misma con un largo tallo amarillo sobresaliendo de la parte central se quedó largo rato observando la flor, creyó que podría arrancarla, pero la verdad es que algo tan bonito no debía arrancarse para luego marchitarse.
Al levantarse Amelia sintió el sonido de algo metálico cayendo al piso cuando vio debajo de ella era la llave de la mansión, se la había metido en el bolsillo después de haber cenado y haber leído todos los documentos que la declara dueña de la propiedad y los acuerdos que había con el gobierno para el cuidado de la propiedad como parte histórica de la ciudad, tomó la llave del piso y le pareció ver la llave resplandecer de manera muy tenue:
-es mi imaginación- se dijo así misma mientras comenzaba caminar sin rumbo fijo, el jardín era más grande de lo que parecía y caminó alrededor de unos diez minutos para darse cuenta de que estaba subiendo por una especie de colina ¿seguía en la propiedad? Era probablemente que sí, ya que no había pasado por ninguna cerca que limitará la propiedad, cuando estaba en la cima de la colina se acercó al borde del camino para ver qué tan alto estaba, no era mucho, pues no había subido mucho, pero le sorprendió ver un pequeño lago, era tal vez del tamaño de una piscina olímpica, el agua estaba oscura, pero posiblemente era porque abajo no había ningún tipo de luz, lo único que indicaba que era un lago era la luna llena que se reflejaba en el agua, Amelia parecía hipnotizada con el reflejo e incluso le parecía escuchar salir del agua una especie de sonido musical como el de un violín muy suave, dio un paso más para acercarse al borde y entonces pasó.
Amelia sintió que la llamaban, estaba casi segura que era Erick y podía sentir que con cada llamado se acercaba hacia ella, se volteó tan bruscamente que perdió el equilibrio y antes de que se diera cuenta estaba rodando por la colina, sintió como algunas ramas con espinas le rasguñaron la piel mientras caía y luego como si hubiese saltado de un columpio salió volando para caer en el fondo del lago.
Después del shock inicial Amelia trató de orientarse y encontrar la superficie del lago, pero parecía que no importara a qué dirección nadara nunca encontraría la salida…
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