Cipriano trataba de no fijarse en la joven, era muy bonita y él no era ciego, pero en estos momentos su salud era una prioridad, acercó su mano a su frente para su sorpresa la fiebre había desaparecido como por arte de magia una fiebre que no había podido bajar en casi una semana:
-¿tiene dolor de garganta? -pregunto
-solo sed y me siento algo cansada -Amelia se sentía supercansada como si hubiese corrido dos días seguidos un maratón, le dolían las piernas, los brazos, la cabeza -y me duelen las articulaciones
-llamaré a un sirviente para que le traiga agua fresca y algo de comer, supongo que tiene hambre
-por favor deje de fingir - Amelia no quería preguntarse cuántos cómplices tenía este hombre para satisfacer algún tipo de fetiche sexual relacionado con los años 1800 -¿Qué es lo que quiere?
-solo quiero saber sobre su salud y no estoy fingiendo, soy doctor
-¿quiere dinero? -Amelia ya se estaba desesperando - le daré el número de mi padre y le aseguro que en una hora tendrá su dinero y yo estaré en casa
-No quiero dinero, pero si me dice quienes son sus padres podremos buscarlos inmediatamente - Cipriano no tenía ni idea de a qué se refería con darle su número, pero ella se refiere al dinero como si nada, lo que quería decir que era una noble y que sus padres estarían buscándolos como locos aunque claro seguramente la reputación de la joven ya estaba por los suelos.
-está jugando conmigo - respondió desconfiada era imposible que no la secuestraran sin saber que era propietaria de una mansión e hija de los dueños de una empresa-¿acaso me secuestró para violarme? ¿Robar mis órganos?
-no y no - Cipriano estaba convencido de que ella había perdido la razón “Ya va, dijo ¿Robar mis órganos? ¿Qué quería decir con eso? ¿Alguien la atacó para hacer brujería con ella?”
-Si no quiere hacerme daño tráigame un teléfono
-¿un que?
-oh dios santo, déjeme ir entonces
-no la estoy reteniendo, estoy seguro de que el conde estará feliz de que abandone esta casa sin generar algún escándalo
-Entonces me voy...
Cipriano vio cómo se desvaneció sin poder terminar la frase, la fiebre había desaparecido, pero eso no quería decir que su cuerpo no necesitará descansar un tiempo, el abandono la habitación para reunirse con Edward en su despacho, él y ama de llaves parecían estarlo esperando, Beatriz era como todas las amas de llaves viejas y con un aspecto severo, pero Cipriano recordaba cuando estaba más joven, cuando él la conoció a penas le comenzaban a salir las primeras canas, claro eso había sido hace quince años más o menos y ella siempre les daba galletas y leche a los niños después de que la condesa los regañara por alguna travesura, Cipriano le explicó la poca información que había conseguido y esta era desconcertante:
-si hubiese una dama desaparecida desde hace dos semanas creo que los rumores se hubiesen hecho escuchar y el señor Cipriano hubiese sido el primero en enterarse- comentó Beatriz, Edward lo miró desconcertado, pero Cipriano sabía a lo que se refería, con todas las visitas a su consultorio o a las casas de sus pacientes había logrado enterarse de cosas que no le interesaban o que no quería saber, por otro lado, las madres casamenteras siempre estaban detrás de Edward y Cipriano no dejarían escapar una oportunidad de destruir la reputación de una dama si con eso conseguían que sus hijas tuvieran mayores posibilidades de un matrimonio- sin embargo, si la chica fuese de la servidumbre tampoco he escuchado nada- Concluyo, probablemente Beatriz tenía razón en eso, a los nobles no les interesa la vida de la servidumbre por lo que muy pocas veces estos se enteraban de algo relevante de quienes le servían y la mayoría de las veces era para desenmascarar a un ladrón de joyas de alguna dama.
-tal vez... si es del campo o de alguna ciudad un poco más lejos, incluso puede ser del país vecino y no sabríamos nada de eso aun -comentó Edward, las noticias tardaban en llegar, pero la desaparición de una joven seguramente no tardaría una semana por lo que Cipriano descarto la idea con un movimiento de cabeza - a lo mejor su familia trata de resolver todo discretamente
-como sea ella quiere irse, lo mejor será que tan pronto despierte la llevemos a su casa -Cipriano estaba seguro de que la chica no moriría y menos si la trasladaban hasta la seguridad de su hogar
-hay muchas interrogantes que quiero aclarar, como la llave de la mansión Wilson ¿por qué tiene una copia idéntica y que además es funcional?
-¿la probaste? - Cipriano había olvidado el tema de la llave, Edward asintió y si esa vieja y sucia llave funcionaba en la puerta de la mansión que podía significar…
Amelia había tenido que rogar le trajeran sus jeans y su camiseta, pero una mujer le insistió que no era el atuendo correspondiente a una dama y le llevó un vestido de época de un verde manzana brillante que ella odió inmediatamente, primero porque se negaba a seguir el juego de sus captores y segundo si se veía obligada a usar ese color se le derretirán los ojos en menos de cinco minutos, la mujer se disculpó por lo que ambas parecían calificar como el vestido más espantoso del mundo, pero comentó que había muy pocas cosas de mujeres en la casa y que eso era lo que en mejor estado se encontraba.
Luego de una discusión algo cortes para las circunstancias y para amargura de la mujer que se identificaba como el ama de llaves, Amelia había aceptado usar un vestido negro sencillo que de los pocos que según la mujer había en esa casa:
-¿segura? -pregunto una vez más-es un vestido de luto - Amelia hizo una mueca que denotaba disgusto, era un vestido negro liso y sencillo, algo anticuado si, pero con eso no la obligarían a ponerse las demás cosas que querían ponerle como un armado de vestido que por lo que entendió servía para que el vestido fuese más pomposo, mientras más veía los vestidos que le habían dado a elegir solo podía pensar en ¿Qué clase de enfermo quería disfrazar a alguien con ese estilo de ropa?
Mientras Amelia se vestía se decía así misma que hoy se sentía mil veces mejor que el día anterior así que si todo salía bien podría correr y gritar por ayuda, seguramente alguien la escucharía y podría ayudarla. Antes de salir de la habitación se dio cuenta de que de hecho el psicópata que había montado ese escenario había hecho un buen trabajo decorando la habitación todo era antiguo aunque se veía casi nuevo e incluso no había electricidad en la habitación, en la mañana antes de que le avisaran que había decido llevarla a su hogar y que le encontrarían la ropa adecuada para irse, Amelia había tenido oportunidad de revisar el armario que había en la habitación que estaba vacía y las mesas de noche al lado de su cama y por lo que observo no había por ningún lado interruptor de luz o tomacorrientes en ninguna de las paredes, cuando la “ama de llaves” la sorprendió camino a la ventana y le informo que iría a su casa, se le olvidó cualquier intención de escapar ¿Para qué ponerse en peligro si seguramente sus padres ya habrían pagado su rescate?.
Después de que saliera la mujer la acompañó por un largo pasillo, Amelia sintió que su corazón latía muy rápido ¿Era posible que todo ese tiempo estuviese en la mansión Wilson? En el pasillo de la mansión había cajas llenas de la ropa de su abuelo y todo parecía más lúgubre, pero Amelia podía apostar que ese pasillo era el mismo pasillo donde había caminado antes para buscar una habitación donde dormir, giró su cabeza y pensó que era la misma habitación que daba hacia al jardín, pero desechó la idea, era imposible que esa fuese la mansión, es decir, si toda una flota de lunáticos estaba haciendo de las suyas en la casa, los vigilantes se hubiesen dado cuenta e incluso alguien del tour de las mañanas se hubiese fijado en que había algo extraño ¿o no?
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