Celia movió lentamente su mano hacia el bolso, y justo cuando abrió la solapa del bolso e intentó alcanzar su móvil, Alejandro vio todos sus movimientos.

—Llevo un inhibidor de señal, así que no puedes llamar ni recibir llamadas —Alejandro no la detuvo, pero las palabras que dijo dejaron a Celia pálida.

¡Las acciones de Alejandro habían sido cuidadosamente planeadas y ejecutadas!

—¿A dónde me llevas? —Celia se detuvo sus movimientos y empezó a notar un sudor frío en las palmas de las manos.

—A un lugar donde... Eduardo no pueda encontrarte —Alejandro dijo en voz baja, trasmitía una sensación espeluznante por cada palabra que pronunciaba.

Alejandro condujo a Celia hasta un Santana negro, y la mujer que iba en el asiento del conductor era Yasmin.

—Cuñada, cuánto tiempo —La voz de Yasmin seguía siendo dulce y empalagosa.

A Celia le disgustó su forma de llamarle, pero no dijo nada para impedirlo.

En este momento de peligro, tenía que mantener la calma y encontrar la manera de salvarse.

Yasmin arrancó el coche y salió a toda velocidad.

Alejandro aún tenía abrazado a Celia en una posición íntima, la pistola le presionaba contra su cintura si mostraba un mínimo indicio de resistencia.

—No creas que me da miedo la pistola, he venido contigo porque hemos tenido una relación —Celia dijo en voz baja.

—Qué conmovedora... —Alejandro olió el cabello de Celia— Pero ese chupetón en tu cuello me está poniendo de los nervios.

Celia se puso rígida, no se atrevía a especular sobre los verdaderos pensamientos de Alejandro.

—En realidad, tú y Yasmin hacéis buena pareja —La cabeza de Celia estaba caótica y sólo quería cambiar del tema de la conversación.

—Sí, llevamos desde los dieciséis años juntos y seguimos siendo una buena pareja.

A Alejandro ya no le importaba el asco que le daría a Celia al saber de lo que había entre él y Yasmin.

—Alejandro, qué malo eres... Todavía no he tenido novio.copy right hot novel pub