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Destino Inevitable

XII. Opuestos.

Ella intentó responder, o al menos ejecutar algún tipo de palabra pero nada salía de su boca, parecía embrujada, su mente y cuerpo estaban inquietos pero es como si estuviesen esperando algo, y lo peor es que no quería alejarse de él, cuando estaba lejos eso le parecería absurdo pero simplemente al dedicarle una sola mirada un magnetismo le produce no querer alejarse, no querer nada más que estar a su alrededor, qué tiene este hombre, posee el poder de provocar millones de sensaciones dentro de ella.

Alessandro apartó su boca un poco para verla de nuevo, ella seguía con los ojos cerrados. La observó unos segundos, estaba tan endemoniadamente bella, su cuerpo se estremecía entre sus brazos, le encantaba maldita sea, no podía seguir negándolo, lo hechizaba hasta el punto de perder la cabeza, solo quería poseerla, disfrutar cada centímetro de su piel hasta saciar ese deseo que no lo dejaba respirar. Con un movimiento ágil la agarró por la cintura y la giró de espalda pegándola totalmente a su torso. Apoyó su rostro en el cabello de Aurore mientras sus manos agarraban su vientre fuertemente, y aspiró su olor, un aroma a jazmín terminó de cautivarlo por completo, ¿todo en ella olía a paraíso? Caray hasta su cabello le hacía perder el juicio. Sin dejar de agarrarla firmemente, con sus dedos deslizó su melena hacia un lado dejando su cuello al descubierto, segundos después empezó a besarlo dejando lentamente besos húmedos a lo largo de su piel, corrientes de electricidad parecían pasar por el cuerpo de Aurore, mordió levemente el lóbulo de su oreja que provocó un jadeo lastimero lleno de placer en ella. Alessandro susurró varias palabras en italiano en su oído que no hacían nada más que dejarla totalmente fascinada a pesar de no entenderlas, con su voz ronca y viril.

–Mi stai facendo impazzire...

(Me estás volviendo loco...)

Volvió a besar su cuello, pero esta vez absorbiendo su sabor y succionando su piel, quería marcarla como su propiedad, ya se había vuelto una obsesión y no estaría tranquilo hasta hacerla suya. Mordió su piel seguido de un grito ahogado procedente de Aurore, estaba embelesada, era una mezcla de placer y dolor.

–Para...P-por favor...

Él no hizo caso, siguió mordiendo y succionando por varios minutos, cuando terminó dejó un beso húmedo encima de la zona sensible produciendo que la piel de ella se erizara completamente, se retorció cuando él con sus grandes manos empezaron a subir hasta sus senos para estrecharlos y oprimirlos mientras desaprovechaba su cinturón. Se lo retiró dejándolo caer al suelo y empezó a elevar su jersey poco a poco introduciendo sus manos bajo él acariciando su vientre desnudo, notó como sonreía en su cuello, era evidente que se había dado cuenta de su piel de gallina y su estremecimiento con sus manos sobre ella, sus caricias se elevaron hasta sus senos, apretándolos aún más por encima del sostén, sintió de nuevo que sonreía sobre su piel, Alessandro exploraba sus pezones erectos con sus dedos jugueteando con ellos mientras ella expulsaba gemidos silenciosos, Alesandro sentía que no podía aguantar más, la erección en su pantalón explotaría en cualquier momento.

–Alessandro...no... –Susurró Aurore, era consciente de que lo que hacía estaba mal, pero estaba como embrujada, sus caricias y sus besos la hechizaban haciéndola olvidar su lado racional.

–¿No, qué? –Susurró Alessandro con voz ronca mientras subía más su jersey y seguía besando y mordiendo su cuello, era extraño su comportamiento, con cualquier otra mujer no hubiera aguantado más en hacerla suya y poseerla, pero con Aurore era diferente, quería besar cada centímetro de su piel, recorrerla entera con sus caricias. Cuando empezó a desabrochar los ganchos de su sosten haciendo que este empezara a caerse Aurore parecía despertar de un sueño, se llevó los brazos a los pechos impidiendo que este cayera por completo. El la seguía sujetando por el vientre.

–No...para por favor...no quiero esto...–Susurró Aurore, se sentía extremadamente mal, lo que estaba haciendo no era correcto.

El suspiró fuertemente posando su rostro en el cabello de Aurore. Inhaló pero esta vez más profundamente haciendo que Aurore volviera a temblar.

–¿No quieres esto? Tu cuerpo me dice lo contrario.

–Está mal, es un error...por favor suéltame.

¿Esta mujer lo quería volver loco? Lo excitaba como ninguna mujer lo había hecho en tan poco tiempo y le dice que, ¿la suelte?

–Estás jugando con fuego... –Dijo tocando y acariciando las manos de Aurore que estaban fuertemente en su pecho agarrando el sostén contra sus senos–.copy right hot novel pub

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