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La Llave En El Lago

Capitulo 101:

Amelia se levantó con el sonido del despertador y vio su habitación con confusión, Cipriano entró a la habitación y Amelia se sorprendió al verlo, él llevaba un corte de cabello con degradado medio, tenía un tatuaje maori en el hombro y parte del pecho, este le sonrió:

-Cariño es tarde, debes levantarte -dijo

-¿Cipriano? -Dijo Amelia que no entendía exactamente lo que pasaba

-¿Te sientes bien? -Dijo él acercándose y poniendo las manos alrededor del cuello para examinar su temperatura

-Si… creo que solo tuve un sueño largo -Amelia se sentía confundida ¿había regresado a su año? o ¿solo había sido un sueño?

-Entiendo, tengo una operación importante hoy pero te prometo que estare puntual en el cumpleaños de tu madre

-Oh sí… -Amelia seguía confundida tratando de darle sentido a todo, Cipriano era un médico pediatra especializado en el corazón

-No te olvides de llamar a Samira hoy -dijo el mientras se ponía una camisa color azul marino y unos jean que le quedaban bastante bien -te amo -le dio un beso a Amelia -lamento no poder quedarme más pero la operación -se excuso

Cipriano se fue y Amelia se arregló para ir a su trabajo mientras trataba de ponerle orden a sus pensamientos, el teléfono sonó y era Hanna le comento que Samira y ella habían cambiado de planes y habían decidido verla en la fiesta de cumpleaños de su mamá "ellas son pareja" supo Amelia, su día transcurrió con normalidad y pronto se estaba arreglando para ir a casa de sus padres, se puso un vestido sencillo con un estampado de girasoles y un collar con la forma de corazón que Cipriano le había regalado cuando cumplieron su primer año de noviazgo, era extraño podía jurar que el viaje en el tiempo había ocurrido pero sin embargo tenía estos recuerdos de su vida con Cipriano, Samira y los demás que le decían que todo era un sueño, Alessandro era un socio importante en la empresa, Samira y hanna eran pareja y su hermano Gael era novio de Olivia, Oliver era amigo de Brandon y Erick se habia casado con Lilibeth hacia cuestión de un año y ellos seguian siendo amigos, todo le parecía irreal, esa era su vida pero se sentía más como una espectadora como cuando uno está concentrado viendo una película que se siente parte de ella pero en realidad está sentado en el sofá comiendo palomitas…

Amelia llegó al cumpleaños de su madre, la casa de sus padres no era una mansión pero sí una casa grande de dos pisos y un enorme jardín, la gente ya estaba reunida cuando ella estacionó el auto pero no podía ver a Cipriano por ningún lado, se molestó con él puesto que le había prometido que llegará puntualmente tomó su teléfono y le escribió para preguntarle donde estaba y no obtuvo respuesta “seguro sigue operando” pensó ella.

Amelia se bajo he iba directamente a abrazar a su madre que juraba que tenia demasiado tiempo sin verla pero una musica comenzo a sonar muy fuerte de repente Amelia reconoció esa canción pop y comenzó a ver como los invitados de su madre comenzaban a bailar de la nada en una coreografía perfectamente sincronizada, su madre la tomó por los brazos y la llevó hasta la entrada de la casa donde podían ver a todos bailando, la musica cambio por otra canción y Amelia entendió que era un flashmob, nunca había visto uno de esos en su vida y sus hermanos y amigos era parte de él, se preguntó por qué no la habían llamado para participar en ese baile, seguro era un regalo para su madre sin embargo aunque no la hicieron partícipe lo estaba disfrutando mucho y su madre también, ella se veía radiante ante sus invitados bailando, Cipriano salió de la nada y comenzó a bailar, Amelia sintió ganas de reir, no entendía por que la idea de Cipriano bailando un baile tan moderno se le hacía incompatible.

Cipriano dejo de bailar cuando la última canción comenzó a sonar, el camino con pasos decididos a donde se encontraba ella y su madre, él se arrodilló y sacó un pequeño estuche de cuero y Amelia lo supo, el estuche contenía un anillo con una piedra azul clara en forma de corazón

-¿Me harías el honor de casarte conmigo? -Amelia abrió la boca para gritar que sí, pues era lo que quería desde que Cipriano se lo había pedido en el pasado, pero ambos estaban en el futuro y no había razón para decir que no….

Pero se levantó y se dio cuenta que Cipriano se estaba vistiendo con su ropa anticuada y todavia tenia el cabello largo él cabello largo le quedaba bien pero ese corte moderno también, lo miro extrañada dándose cuenta que solo había soñado una vida perfecta para ellos “tenía que saberlo” pensó con decepción;

-¿te sientes bien? -Preguntó él al ver que ella se despertó tan abruptamente

-Si solo tuve un sueño increíble-respondió ella

-oh entiendo…-Cipriano no entendía si era tan buen sueño por que se despertaba como si fuese una pesadilla

-¿Vas a salir? -preguntó ella al ver que todavía ni siquiera había amanecido

-Si Edward y yo iremos a recoger a mis sobrinas, si salimos temprano estaremos aquí antes del mediodía -su frase iba cargada de promesa

-Cipriano… -Amelia dudo en lo que iba a decir pero él la miraba fijamente, pero ella solo podía recordar ese sueño tan hermoso de ellos y lo comparaba con todo el desastre que estaban viviendo el pronto iría a la guerra -te amo -termino diciendo ella mientras se sonrojaba

-y yo a ti -respondió él, mientras se acercaba y le daba un suave beso en los labios -lamento no poder quedarme más pero hay que buscar a las niñas -Cipriano se iba disculpando mientras caminaba hasta la puerta

-espera-Amelia se levantó aun estaba desnuda por lo que habían estado haciendo la noche anterior y lo besó apasionadamente

-Amelia… no me hagas esto… -Cipriano se sonrojo y miro a su entrepierna donde su miembro ya estaba preparado sin embargo y por mucho que él desease devorarse a Amelia de los pies a la cabeza y repetir todas las cosas que habían hecho durante la noche tenía que priorizar a sus sobrinas

-Regresa para el mediodía y lo retomaremos donde lo dejamos -dijo ella de manera coqueta y él se sonrojo aún más.

Cipriano dejó la habitación con la incómoda erección entre sus piernas, se sentía sucio y vulgar saliendo de la habitación de esa manera y temía encontrarse con alguna doncella que lo tachara de pervertido, con esos pensamientos la erección bajó rápidamente por fortuna.

Edward estaba esperando a Cipriano para salir, usarían el carruaje por que a pesar de ser más lento era única forma que tenían para transportar a tantas niñas, Edward notó que su amigo parecía incómodo y estaba muy sonrojado sin embargo no le dio importancia, todavía se sentía agotado por el viaje así que mientras viajaban Edward durmió y Cipriano solo podía pensar, pensar en la guerra, en Amelia y en lo mucho que deseaba no haber perdido tanto tiempo peleando con ella, por alguna razón no podía dejar de pensar que su muerte estaba cerca y arrepentirse de no haberle dado más besos a esa mujer que para él en algún momento de su vida fue grosera, maleducada y una cazafortunas “¿que es todo este arrepentimiento?” pensó que tal vez eran solo los nervios por ir a la guerra. Una piedra en el camino hizo que el carruaje perdiera un poco el equilibrio, solo un poco para despertar a Edward:

-¿ya llegamos? -preguntó el desorientado

-no, estamos a mitad de camino

-Creo que no podré volver a dormir hoy -Dijo Edward soltando un enorme bostezo -¿tú has logrado descansar? -preguntó Edward sin segundas intenciones sin embargo noto como su amigo se sonrojaba otra vez, últimamente lo hacía mucho y Edward se preguntó cómo no había confirmado sus sospechas antes si Cipriano era un libro abierto con respecto a sus sentimientos por Amelia…

-Dormí algo -dijo finalmente

-y el tiempo que no dormiste estabas deshonrando a mi progenie -gruño Edward aunque en realidad solo quería hacer una broma, Cipriano abrió la boca para defenderse y luego algo le pasó por la cabeza

-Amelia es menor que yo -dijo como nunca se hubiese dado cuenta

-tiene 23 no es tan menor -Supiro Edward -sería horrible si tuviera 15 o 16 años -Edward no entendía la atracción de algunos hombres por las niñas y como estas al presentarse en sociedad eran comprometidas con hombres que le triplicaba la edad

-No, lo que digo es que si ella es del futuro… ni siquiera ha nacido ¿eso en que me convierte? -Cipriano no quería creer en que Amelia viniera del futuro sin embargo comenzaba a aceptarlo cada vez más debido a que quería protegerla y mantenerla lejos de la guerra, Edward arrugó la cara

-Amelia está aquí ahora y tiene 23 años no le busques 3 patas al gato si sabes que tiene 4 -reprendió Edward

-tienes razón-suspiro Cipriano

-¿le diste la llave? -Pregunto con total seriedad Edward

-No, he decidido que se la daré el sábado por la noche… -Cipriano tenía un plan, no quería irse sin saber que Amelia estaría a salvo y él solo se iría si él la veía marcharse

-¿Por qué dentro de dos días?

-quiero pasar estos pocos días que me quedan con ella…

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