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Princesa Vampiro (Parte 1) / Princesa Vampiro (Parte 2) Con Franqueza

Mayoría de edad, con un regalo especial (PARTE 3)

-No te preocupes está bien-

-Y la señorita Jenny ha sufrido un pequeño accidente en su laboratorio, me dijeron que le avisáramos en cuanto llegara, está bien, solo es una herida pequeña-

-Gracias por avisarme ¿está en la enfermería cierto?- no pude evitar pensar en las peores cosas que pudieron haberle pasado, y no paraba de preguntarme qué había sucedido, pero me sentía demasiado mal, entonces una ráfaga de viento entró por el balcón.

-Sí princesa- la sirvienta cerró la puerta del balcón.

-Hueles muy bien-

-Gracias, es fragancia de rosas, con permiso- ella cerró la puerta y me quedé sola.

-Yo no olí la fragancia a rosas- dije confundida, pero ella no pudo escucharlo, solo lo dije al aire, me siento muy mal, quiero ir a ver cómo está Jenny, pero es mejor comer unos cuantos dulces, me siento como si el azúcar se me hubiese bajado, he escuchado a las sirvientas que si como algo dulce en ese estado me sentiré mejor, ya me he acabado todos los dulces y sigo teniendo hambre, a fin de cuentas son solo dulces ¿Qué tanto pudieron haberme llenado?, me pregunto si Jenny se habría lastimado haciendo esa investigación tan importante, de ser así debería dejarla, es peligroso; no supe cuando perdí tanta fuerza, quise sostenerme de uno de los sillones pero me caí, tocaron la puerta, no pude contestar, cuando entró me di cuenta que era una mucama totalmente distinta, pues el aroma era diferente, me sentía muy hambrienta.

-¡No puede ser! ¡voy a buscar a alguien que pueda ayudar!- salió corriendo cerrando la puerta; cerré los ojos y me perdí por un momento, cuando desperté tenía más hambre que antes, era incontrolable, en lo único que pensaba era “¡debo comer!”, me levanté del piso, me sentía un tanto desorientada, esta vez podía enfocar las cosas, sin embargo, sentía que mi visión había cambiado, era distinta, no sabía porque, solo estaba segura de ello, ya no me dolía nada ni me sentía cansada, intente caminar con dirección a la puerta; primero iría a la cocina para comer algo, lo que fuera, y después iría a ver a Jenny, suponía que Evan debía estar ahí con ella; trate de caminar un poco, algo me detuvo, no sabía que había sido, pero algo chocó con el sillón evitando que yo avanzara, parecía estar atorado, quería voltear a ver, algo me decía que no lo hiciera, mi hambre crecía, era mayor que mi curiosidad, un delicioso aroma atravesaba la puerta, no podía distinguir que era, a pesar de eso estaba segura de que debía ser comida, aun estaba lejos de la puerta quería zafarme del sillón, no sabía cómo, en ese momento no era una de mis prioridades, así que me moví con fuerza cayendo de nuevo al piso, sabía que algo andaba mal conmigo, estaba segura de eso, tenía un espejo al fondo de mi cuarto, no quiera ir a verlo; tocaron de nuevo la puerta, el aroma a comida se intensificaba al mismo tiempo que mi hambre, no contesté, solo quería que abrieran la puerta para poder comer ese delicioso alimento, ya había esperado mucho, agradecía a quien me había traído la comida hasta mi habitación, abrieron la puerta.

-He venido para ayudar- dijo la reina Marianne, junto con más personas, me quedé impactada, no sé si fue el hecho de que me sentía extraña o la inmensa hambre que tenía que no razone lo que había pasado del todo, no pude evitarlo, en ese momento me invadió el impulso de correr hacia la comida, mi hambre era incontrolable, todo lo sentí en cámara lenta, al abalanzarme hacia Evan, me miró con cierto temor y sus ojos se llenaron de lagrimas, entonces reaccione; voltee al espejo que estaba en el fondo de mi habitación, pude verme perfectamente, tenía una mirada fría, profunda, mis ojos habían cambiado de color eran azules, yo misma me di miedo y finalmente comprendí que era lo que me había estorbado para salir anteriormente, unas alas enormes de ángel, blancas con azul, después me perdí de nuevo, como había dicho antes mi hambre era insaciable, dejé de pensar, miré con ansiedad a Evan y a mi guardia, no pensaba en ellos como lo que son, si no como comida, mis ojos se llenaron de lagrimas porque no podía controlarme, entonces la princesa Marianne me tomó del cuello y en ese momento sus ojos se tornaron amarillos, pelee contra su fuerza pero no pude zafarme entonces ella me golpeo la cabeza, quedé inconsciente.copy right hot novel pub

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