Dirigiéndome al jardín me di cuenta de que mi pueblo cree que es un ángel quien los salva, no diré nada, solo espero que Jenny ya no me pregunte al respecto, creo que empieza a sospechar que salgo todas las noches a intentar proteger a mi pueblo, claro, con un antifaz y ropa totalmente distinta a la que uso diariamente. Al llegar al jardín, en donde hay una mesa, vi a un muchacho de espaldas.

-Disculpe si lo hice esperar-

-No tiene de que preocuparse majestad- se levantó el príncipe Frederick, hizo una reverencia y me besó la mano.

-Príncipe Frederick ¿a que debo su agradable visita?-

-No he podido dejar de pensar en su belleza, así que decidí visitarla- yo me senté junto a él, del otro lado de la mesa.

-Me halaga- me sonrojé, un halago de cualquier hombre no me causaría la menor impresión, sin embargo, la dulzura con que lo hizo fue lo que me conmovió.

-Además, le he compuesto una canción en su honor- eso me dejó impresionada, nunca antes algún príncipe me había regalado algo que no fuesen flores.

-¿De verdad? Gracias, me encantaría escucharla- el asintió con su cabeza y tomó el estuche de un instrumento, que se encontraba a lado de él, yo no lo había visto antes; cuando lo abrió sacó un violín, lo dejó en la mesa y toqué suavemente su madera; había pasado tanto tiempo desde que tenía uno cerca de mí.

-Llamé esta canción “la belleza del reino”- se levantó y le huntó brea al arco, no pude evitar pensar en su padre, en los asuntos que estaba resolviendo en el reino Lilium y en lo molesto que estaba el príncipe Aker; comenzó a tocar y no pude evitarlo, intenté descifrar las notas, era una melodía que entraba por mis oídos y llegaba hasta mi corazón, estoy segura de que lo hizo con la intención de cautivarme y ganar mi amor, aun así no importa, aprecio mucho la molestia que se tomó de hacer una canción solo para mi e interpretarla en este momento.

-Es hermosa- dije al terminar de escucharla, él se sentó y me miró con una sonrisa enorme.

-¿Quiere que le toque otra canción?- yo sonreí y asentí, esta vez no presté tanta atención a la canción, solo miré el jardín como si fuese la primera vez, recordé el momento en que mi padre me enseñó a tocar violín desde muy pequeña.

-Majestad vine para ver si no necesita nada- Einar nos interrumpió.

-No gracias, pero me gustaría que te quedes cerca por cualquier cosa- sonreí; la presencia de Einar le molestó a Frederick, sentí un ambiente tenso cuando sus miradas se cruzaron, sentí como si un águila quisiera pelear con un lobo, no conozco mucho al príncipe Frederick, pero estoy segura de que es un ave con garras filosas e intrépido.

-Bien, hábleme de usted- dijo Frederick con un tono de voz un tanto alto.

-¿Qué es lo que quiere saber de mí específicamente?-

-Sus pasiones, sus intereses y si yo estoy en ellos- yo reí avergonzada con lo último, sin duda me está coqueteando.

-Bueno, si no le molesta primero quiero hacerle unas preguntas, claro si no estoy siendo impertinente-

-Para nada, puede hacerlas con total confianza- eso me recuerda a la respuesta del príncipe Aker, me reí sin darme cuenta, después miré la cara del príncipe Frederick y noté que estaba un tanto confundido.

-Perdón ¿Cuántas hermanas tiene?-

-Dos ¿a qué se debe la pregunta?-

-Simple curiosidad-

-Si gusta en el cumpleaños de mi padre se las puedo presentar-

-¿Eso fue una invitación?-

-¿Fui muy atrevido?-

-Para nada- el coqueteo era mutuo, yo lo hacía por simple diversión, no tenía un interés en él como hombre o futuro esposo.

-Le enviaré la invitación en su debido tiempo-

-Gracias-

-Ahora, supe que estuvo en el reino Lilium, si no estoy siendo muy entrometido ¿Qué asuntos debía atender ahí?-

-Perdón pero eso ya es más personal-

-Entiendo, fui muy descortés- aun que yo también tengo curiosidad de por qué estaba ahí su padre.

-¿Desde cuándo sabe tocar violín?-

-Comencé desde los 10 años ¿le gusta?-

-Tiene mucho que no lo he tocado-

-Me gustaría alguna vez oír como toca, mejor aún, escuchar su canto- estuvimos más tiempo platicando, antes de la comida el tuvo que marcharse, pero no dejó que yo lo acompañara a la puerta, así que le pedí a una mucama que lo siguiera, no me hubiese gustado que metiera sus narices donde no debe.

-Bien princesa ¿Cómo estuvo su cita?- Einar se acercó a mi bromeando.

-Eso no fue una cita-

-Lo que más me gustó fue como cambio de tema para no tener que prestarle el instrumento- yo comencé a reír.copy right hot novel pub