-Tiene mucho que no toco ningún instrumento-

-Dudo que seas peor que yo tocando el clarinete- comencé a reír.

-De acuerdo haré un intento, porque me costó más trabajo que el violín-

-¿Qué haces?- dijo un poco histérico.

-Quitando el tornillo de tensión para meter las cerdas del arco entre las dos cuerdas ¿nunca habías visto como tocan este instrumento?-

-No, ni siquiera lo había visto-

-El abuelo Filip me lo trajo hace mucho tiempo- afiné las cuerdas y comencé a tocarlo, él miraba atento, desafiné varias veces pero Aker no parecía importarle, terminé la canción a duras penas.

-Suena muy parecido a ese violín, señaló a un estuche de violín-

-Pues sí, es un violín- empecé a reírme.

-¿Puedes tocar la misma canción en el otro violín?- dijo emocionado.

-Quizá sí- tomó el violín para afinarlo, guardé el erhu, el príncipe tensó el arco y me dio las cosas; yo sonreí y acomodé el violín, dispuesta a tocar se me hizo un nudo en el estómago, traté de respirar profundo e intenté tocar, pero mis lágrimas nublaban mi vista así que desafiné demasiado.

-No puedo- dije conteniendo el llanto, con un nudo en la garganta, tratando de no llorar bajé el violín y se lo di.

-No eres tan mala, puedes intentarlo de nuevo hasta que te salga mejor- una mucama toco la puerta, estaba abierta.

-Ya está lista la cena- ambos asentimos.

-No es eso- destensé el arco y guardé el violín en su estuche, fue doloroso, fue triste y nostálgico; no sé si estuvo bien que tocara así el violín, nunca habría tenido el coraje de tocarlo de nuevo por mi cuenta, menos el violín de mi papá, desde que falleció jamás lo saqué de su estuche, ni siquiera para verlo; ambos nos dirigimos hacia el comedor, el príncipe y yo ya no dijimos nada.

-Príncipe Aker, toca muy hermoso el piano- dijo Jenny dándole de comer primero al bebé.

-Muchas gracias ¿Cómo sabía que había sido yo quien tocó?-

-Ayla no toca-

-Escuché que volviste a tocar el violín- dijo Evan, yo asentí.

-¿Por qué no hacen un dueto?- yo negué con la cabeza.

-Sería una excelente idea- dijo Aker emocionado –espera ¿Por qué no? si practicamos podría salir bien- yo no dije nada. Continuamos comiendo en silencio, con las risas del bebe de fondo; al terminar de cenar toqué el hombro de Aker, indicándole que estaba lista para entrenar. Fui a cambiarme un pantalón y a quitarme la corona para poder ponerme el antifaz; salí por la ventana de forma sigilosa, me dirigí al quiosco del jardín, ahí nos veíamos el príncipe Aker y yo para que me ayudara con asuntos vampíricos.copy right hot novel pub